Viviendo con el agua hasta la cintura y tras soportar ocho arremetidas en lo que va del año del río Ichilo y el Sajta, los pobladores de Puerto Villarroel y sus alrededores sienten que ya lo perdieron todo. La ayuda tarda en llegar y aún consideran si evacuaran a los más afectados a las dos escuelas que hay en la zona urbana.
Hasta la fecha ya hay más de 3 mil familias damnificadas y aún no determinaron cuánto perdieron debido a que su producción de arroz, banano y otros cultivos fueron dañados. Además, a este panorama poco alentador se agrega que hay poca accesibilidad a la zona, debido a que el agua no deja avanzar y obliga a los habitantes a refugiarse sobre los techos de sus viviendas.
Puerto Villarroel y sus alrededores son la zona más castigada por el desborde de ríos y producto de las persistentes lluvias desde enero pasado.
En un recorrido por la zona se constató por que las 7 familias que fueron dadas por desaparecidas, estaban aisladas por el desborde de los ríos Ichilo, Sajta y Pari, y ya fueron halladas.
El productor de arroz Juan Veizaga, que llegó a Puerto Villarroel en 1974, no recuerda haber vivido en esa zona inundaciones tan seguidas por el desborde de los ríos, ocho en lo que va de este 2010, hasta el pasado sábado, cuando las aguas del Ichilo y el Sajta no dejaban de avanzar sobre las riberas del pueblo, en medio de la impotencia y el temor de sus habitantes que, infructuosamente, han intentado hasta lo imposible para detenerlas.
Pese a la cantidad de riadas que ha sufrido este pueblo y que podría seguir sufriendo, las autoridades de Defensa Civil dejaron por primera vez en este año 523 raciones de alimentos y herramientas, luego de un sobrevuelo por las zonas afectadas en Puerto Villarroel, Chimoré, Villa Tunari e Ivirgazama por el rebalse de los ríos Ichilo, Chapare, Chimoré, Sajta y Cesarzama.
En su afán por controlar el curso de las aguas y evitar el desmoronamiento del edificio, los vecinos del centro turístico El Cliper, en Puerto Villarroel, construido con su propia inversión, han comenzado la semana colocando defensivos en la orilla, pero las aguas del incansable afluente los han obviado, inundando no sólo el pueblo, sino también los chacos de los productores, a los costados de la carretera de ingreso hasta donde han comenzado a salir manadas de escuálidos animales en busca de comida.
En tanto, en la central de Ayopaya, en Ivirgazama, los ríos Chimoré y Cesarzama, han comenzado a retroceder, dejando todos los cultivos, mayormente platanales, enterrados en lodo, luego de que desde la madrugada del viernes el agua anegó un área colectiva de terrenos dañando 500 de las 800 hectáreas de banano que allí se produce para la exportación.
En Ayopaya, ya van por la quinta riada con la del viernes y los productores están intentando llevar adelante la idea de colocar estacas de metal y madera para colocar mallas que contengan la fuerza de las aguas, ya que han intentado con dragado del río y no ha funcionado y los defensivos les resultan demasiado costosos.
Hasta la fecha ya hay más de 3 mil familias damnificadas y aún no determinaron cuánto perdieron debido a que su producción de arroz, banano y otros cultivos fueron dañados. Además, a este panorama poco alentador se agrega que hay poca accesibilidad a la zona, debido a que el agua no deja avanzar y obliga a los habitantes a refugiarse sobre los techos de sus viviendas.
Puerto Villarroel y sus alrededores son la zona más castigada por el desborde de ríos y producto de las persistentes lluvias desde enero pasado.
En un recorrido por la zona se constató por que las 7 familias que fueron dadas por desaparecidas, estaban aisladas por el desborde de los ríos Ichilo, Sajta y Pari, y ya fueron halladas.
El productor de arroz Juan Veizaga, que llegó a Puerto Villarroel en 1974, no recuerda haber vivido en esa zona inundaciones tan seguidas por el desborde de los ríos, ocho en lo que va de este 2010, hasta el pasado sábado, cuando las aguas del Ichilo y el Sajta no dejaban de avanzar sobre las riberas del pueblo, en medio de la impotencia y el temor de sus habitantes que, infructuosamente, han intentado hasta lo imposible para detenerlas.
Pese a la cantidad de riadas que ha sufrido este pueblo y que podría seguir sufriendo, las autoridades de Defensa Civil dejaron por primera vez en este año 523 raciones de alimentos y herramientas, luego de un sobrevuelo por las zonas afectadas en Puerto Villarroel, Chimoré, Villa Tunari e Ivirgazama por el rebalse de los ríos Ichilo, Chapare, Chimoré, Sajta y Cesarzama.
En su afán por controlar el curso de las aguas y evitar el desmoronamiento del edificio, los vecinos del centro turístico El Cliper, en Puerto Villarroel, construido con su propia inversión, han comenzado la semana colocando defensivos en la orilla, pero las aguas del incansable afluente los han obviado, inundando no sólo el pueblo, sino también los chacos de los productores, a los costados de la carretera de ingreso hasta donde han comenzado a salir manadas de escuálidos animales en busca de comida.
En tanto, en la central de Ayopaya, en Ivirgazama, los ríos Chimoré y Cesarzama, han comenzado a retroceder, dejando todos los cultivos, mayormente platanales, enterrados en lodo, luego de que desde la madrugada del viernes el agua anegó un área colectiva de terrenos dañando 500 de las 800 hectáreas de banano que allí se produce para la exportación.
En Ayopaya, ya van por la quinta riada con la del viernes y los productores están intentando llevar adelante la idea de colocar estacas de metal y madera para colocar mallas que contengan la fuerza de las aguas, ya que han intentado con dragado del río y no ha funcionado y los defensivos les resultan demasiado costosos.
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