El evento comenzó a las 23.30 del miércoles y hasta ayer al mediodía los damnificados trataban de recuperar sus objetos de valor; luego, la Policía y Guardia Municipal instalaron un perímetro de seguridad.
De acuerdo con el informe edil, el deslizamiento se debió a la concentración de aguas sanitarias que ingresaron por la calle 8 (en la parte alta de los Retamanis), además de aguas subterráneas y de lluvia, éstas activaron el movimiento geodinámico de suelos que destruyó 60 metros de embovedado del río Retamani I. En el deslizamiento del cerro (donde no habían construcciones), la tierra hizo colapsar las casas.
Además de las casas colapsadas, otras 25 viviendas, ubicadas en las partes laterales del desastre, fueron evacuadas por prevención. Por la tarde, se instaló un campamento en la cancha de Villa San Antonio Bajo, ubicada en inmediaciones de la parada del micro J.
En el lugar se encuentra una veintena de familias damnificadas (cerca de 60 personas).
Para los vecinos, la culpable es la Alcaldía, porque no hizo caso a las alertas y porque su maquinaria provocó el movimiento de las tierras.
“Hace semanas les dijimos que habían grietas en la parte alta del cerro y, la Alcaldía, más bien con sus topadoras generaron esto”, dijo don Enrique, uno de los afectados que trataba de entrar a su casa destruida.
El oficial mayor técnico de la comuna, Vladimir Toro, explicó que el problema se produjo por la saturación del agua. “La humedad está a 10 metros por debajo del nivel del piso del cerro”, dijo y precisó que el área afectada en la zona alcanza a dos hectáreas.
Toro declaró que la zona de Retamani “definitivamente” está dentro de una gran masa en riesgo de sufrir deslizamientos y que las mismas familias que construyeron sus casas en la zona “estaban conscientes de esta situación”.
Informó, además, que a partir de hoy, obreros y maquinaria pesada de la Alcaldía comenzarán los trabajos de cierre de grietas y remoción de tierra para iniciar la estabilización de los suelos del sector de la avenida Regimiento Castrillo y la confluencia con el río Retamani I.
Por su parte, el secretario ejecutivo de la comuna, Javier Zárate, afirmó que las casas afectadas eran ilegales. “Las viviendas del sector no eran legales y la Subalcaldía (del macrodistrito San Antonio) les seguía un proceso técnico-administrativo”.
Mientras tanto, en la zona del desastre, una señora, con papeles en mano, mostraba los planos aprobados para la construcción de su casa. “Acá tengo toda la documentación, no pueden decir que mi casa era ilegal”, dijo en tono molesto.
La ayuda llegó desde las primeras horas y la organización repitió el proceso del deslizamiento de Huanu Huanuni.
“La Alcaldía ha proporcionado alimentación, desayuno, almuerzo y cena a los damnificados, además de atención médica y seguridad, con el apoyo de la Guardia Municipal y efectivos de la Policía”, señaló Zárate.
Los datos
Los tres en Retamanis • El deslizamiento del jueves es el tercero en el área del macrodistrito San Antonio, desde el 2004. El segundo se registró en febrero del 2009 y el tercero el miércoles.
Cuatro en dos años • La Paz sufrió su cuarto deslizamiento en la zona. En febrero del 2009 en un lugar aledaño, en octubre en Villa Salomé y hace una semana en Huanu Huanuni.
Testimonios
“Salimos como estábamos”
María del Carmen.
Secretaria.
“Yo vivo aquí desde hace dos años y cuando el derrumbe comenzó, a las 23.05, nos gritaron que evacuáramos porque todo se estaba cayendo. Se cortó la luz, todo era oscuro y salimos tal como estábamos en ese momento. Sería como las tres y media de la madrugada cuando nos dieron permiso para sacar nuestras cosas y sacamos todo lo que pudimos; harto se ha perdido. Nosotros (con su esposo) no vamos a volver a esta zona”.
“Deberían hacer obras y prevenir”
Nora Cuestas.
Ama de casa.
“Yo no he sido afectada porque mi domicilio está en la parte baja, pero esta mañana a eso de las 02.30 se han entrado las casas y toda la fábrica de algodón cayó. A las 23.30 se cortó la luz, cuando salí vi el poste abajo; la gente gritaba y las piedras y escombros comenzaron a caer, después el embovedado reventó. Hemos amanecido afuera. Ya debían hacer obras y prevenir desastres, pero no han hecho nada, han metido un tractor, su peso y la lluvia causaron esto”.
“Hay que buscar dónde dormir”
ROXANA MAMANI.
Ama de casa.
“A la medianoche nos vinieron a gritar que se estaba cayendo la cancha. Mi mamá estaba despierta y a gritos nos dijeron que se estaba cayendo la pared y nos sacaron con lo que estábamos puestos. Mi casa se hundió y ahora estamos recuperando algunas cosas. Recién pudimos entrar a las 9.30, antes no nos dejaban entrar porque decían que había peligro de deslizamiento, de que se podría deslizar más. Ahora tenemos que buscar dónde dormir y llevar las cosas”.
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