La Cuenca del Plata, formada por numerosos ríos, es el sistema hídrico más grande de Sudamérica después del Amazonas y la quinta cuenca hídrica más grande del mundo. Abarca importantes territorios pertenecientes al Brasil Argentina, Paraguay, Bolivia y Uruguay.
La cuenca del Plata incluye los ejes poblacionales y productivos más importantes de Sudamérica. Con casi 130 millones de habitantes, unas 50 grandes ciudades y una economía que representa el 70% del PIB per cápita de los cinco países, reviste una gran importancia económica y social. Pero, según un reciente informe de la Unesco...” el aumento de la pobreza sigue siendo el asunto social más importante que afrontan los países que la integran”. El sector de menores ingresos, tiene una alta dependencia de los recursos naturales, de allí que su deterioro provoca pérdidas en los ingresos familiares y merma de oportunidades. Por solo mencionar dos ejemplos, la sobrepesca para exportación a tasas insustentables, produce una caída de los recursos pesqueros en el bajo Paraná con impactos sociales negativos.
La expansión de los desmontes y los monocultivos a gran escala, impactan sobre la agricultura familiar agravando la emigración rural, y el hacinamiento en zonas marginales de las grandes ciudades.
Actualmente se registran importantes modificaciones provocadas por el hombre en la cuenca. La expansión de la frontera agrícola, tecnologías inadecuadas, megaobras como conexiones viales mal planificadas e hidrovías, sumado a la sobreexplotación pesquera, sobrepastoreo en la planicie de inundación, deforestación, incendios y en general, la falta de planes de manejo integral de humedales, conducen a la degradación y pérdida de los ecosistemas y sus recursos vitales como los peces.
Los contaminantes provenientes de actividades mineras, el tratamiento inadecuado de las aguas residuales urbanas y los restos de agroquímicos, son una seria preocupación ambiental en la cuenca. Asimismo, el comercio ilegal de especies en peligro de extinción.
En las últimas décadas, el rápido crecimiento de la población, el desarrollo de carreteras y los proyectos de ingeniería hidráulica a gran escala, como grandes represas y canales, han originado también una disminución en la calidad del ambiente de la cuenca, a lo que se suma una intensa deforestación, fragmentación y pérdida de bosques nativos.
La cuenca del Plata incluye los ejes poblacionales y productivos más importantes de Sudamérica. Con casi 130 millones de habitantes, unas 50 grandes ciudades y una economía que representa el 70% del PIB per cápita de los cinco países, reviste una gran importancia económica y social. Pero, según un reciente informe de la Unesco...” el aumento de la pobreza sigue siendo el asunto social más importante que afrontan los países que la integran”. El sector de menores ingresos, tiene una alta dependencia de los recursos naturales, de allí que su deterioro provoca pérdidas en los ingresos familiares y merma de oportunidades. Por solo mencionar dos ejemplos, la sobrepesca para exportación a tasas insustentables, produce una caída de los recursos pesqueros en el bajo Paraná con impactos sociales negativos.
La expansión de los desmontes y los monocultivos a gran escala, impactan sobre la agricultura familiar agravando la emigración rural, y el hacinamiento en zonas marginales de las grandes ciudades.
Actualmente se registran importantes modificaciones provocadas por el hombre en la cuenca. La expansión de la frontera agrícola, tecnologías inadecuadas, megaobras como conexiones viales mal planificadas e hidrovías, sumado a la sobreexplotación pesquera, sobrepastoreo en la planicie de inundación, deforestación, incendios y en general, la falta de planes de manejo integral de humedales, conducen a la degradación y pérdida de los ecosistemas y sus recursos vitales como los peces.
Los contaminantes provenientes de actividades mineras, el tratamiento inadecuado de las aguas residuales urbanas y los restos de agroquímicos, son una seria preocupación ambiental en la cuenca. Asimismo, el comercio ilegal de especies en peligro de extinción.
En las últimas décadas, el rápido crecimiento de la población, el desarrollo de carreteras y los proyectos de ingeniería hidráulica a gran escala, como grandes represas y canales, han originado también una disminución en la calidad del ambiente de la cuenca, a lo que se suma una intensa deforestación, fragmentación y pérdida de bosques nativos.
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