domingo, 9 de octubre de 2016

Incendio afecta patrimonio arqueológico en Samaipata



El incendio, que se registró el domingo en el cerro La Patria, situado en la zona oeste de Samaipata, sufrió un impacto de 3 en una escala de 10 en la zona donde se cuentan dos afloraciones de roca arenisca, que fueron talladas hace más de 600 años por gente que vivió en la región mucho antes de la llegada de los incas en 1470.

Así lo indicó el director interino del Centro de Investigaciones Arqueológicas de Samaipata (CIAS), el arqueólogo Luis Miguel Callisaya, que junto con el responsable de Turismo de la Alcaldía samaipateña, Milton Figueroa López, realizaron estudios de impacto del incendio y determinaron que los vestigios pudieron soportar el fuego y que los depósitos arqueológicos del subsuelo no fueron modificados en gran medida.

“En la cima de la montaña se encuentran más de 60 cimientos de silos de planta circular de aproximadamente 500 años de antigüedad. Estos vestigios arqueológicos estuvieron en el centro del incendio y puesto que la flora que los rodea consistió en pastos y pequeños arbustos, no sufrieron un impacto mayor (en este caso fue 4 de 10)”, informó Callisaya.

La mano del hombre

En el lugar también existen restos descritos por arqueólogos como Roy Querejazu y Danilo Drakick, además de los nuevos estudios que está realizando el CIAS, que junto a la unidad de Turismo está evaluando los efectos del incendio sobre el patrimonio arqueológico e histórico que alberga el área.

“Es mayor el daño causado por los visitantes que escriben nombres sobre la blanda roca sin saber que es un legado muy importante del pasado y de gran valor histórico de Samaipata”, agregó Callisaya.
Sobre esto último coincide Richard Alcázar, que durante varios años trabajó al frente del CIAS y fue uno de los principales impulsores del proyecto de protección y conservación de El Fuerte de Samaipata, sitio que, aunque en esta ocasión no fue afectado por el fuego, sigue siendo vulnerable a la amenaza humana.

“En 2002 El Fuerte sufrió un incendio de gran magnitud, que fue la razón para que desde 2003 se vengan realizando estudios sistemáticos como parte de los proyectos de investigación, conservación, difusión y mantenimiento del lugar”, expresó Alcázar.

Desde entonces, la imagen de El Fuerte ha mejorado considerablemente, pero la amenaza continúa latente.

“Mientras se va haciendo la limpieza o cambiando las rutas para que el turista no erosione más estas áreas, van apareciendo cosas nuevas. Y no hay duda de que basta con una chispa para que se pueda ocasionar una tragedia mayor”, añadió Alcázar.

El desafío, en ese sentido, plantea la necesidad de que los trabajos de investigación y conservación vayan de la mano de la protección

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