Desde diciembre de 2011, en la estación de Chacaltaya de la Universidad Mayor de San Andrés, científicos bolivianos y extranjeros registran datos sobre el impacto de la polución urbana y las quemas o chaqueos en los glaciares y la atmósfera.
La estación depende del Laboratorio de Física de la Atmósfera (LFA) de la UMSA, donde se desarrollan varios proyectos relacionados con el clima. El más importante de ellos es el Global Atmosphere Watch (GAW), indica su director Marcos Andrade.
El funcionamiento del GAW Chacaltaya es una prioridad para el Instituto Mundial de Meteorología, con sede en Suiza, porque es uno de los 20 observatorios ubicados en la altura en el mundo y es el único observatorio en la troposfera libre del hemisferio sur.
"Es un proyecto muy importante para la comunidad científica internacional”, dice Paolo Laj, de la Universidad de Grenoble y el Centro Nacional de Investigación de Francia.
En 2010, Laj formó parte del grupo de científicos que visitó Chacaltaya para evaluar las condiciones del lugar. El especialista recuerda que rápidamente se concluyó que el sitio era importante para la observación de la atmósfera, lo cual fue informado a la Organización Mundial de la Meteorología, que concedió fondos para impulsar el proyecto.
Radovan Krejci, del Departamento de Ciencias Ambientales de la Universidad de Estocolmo, Suecia, también participó en las evaluaciones y recuerda que en aquella ocasión el tamaño de la ciudad de La Paz fue lo que más le impresionó.
En un principio el interés principal estaba en estudiar el transporte del carbón negro desde las tierras bajas hasta los glaciares, dice Andrade, pero luego los miembros del equipo se dieron cuenta de que debían enfocarse también en la ciudad. Y el lugar es apropiado para ello, porque está ubicado a 50 kilómetros del lago Titicaca y a 80 kilómetros de tierras bajas.
Formación de especialistas
Gracias al desarrollo de este proyecto, los miembros del equipo nacional han alcanzado un nivel reconocido en el plano internacional. "En los tres años del GAW, la gente ha adquirido mucha experiencia”, dice Andrade.
Asimismo, Alfred Wiedensohler, del Instituto de Investigación de la Troposfera (Tropos) de la Universidad de Leipzig, Alemania, considera que el trabajo ha sido positivo, pero destaca sobre todo el esfuerzo que se hace para mantenerlo.
Laj también reconoce que es difícil mantener esta experiencia, pero el hecho de saber que en la UMSA hay un grupo de expertos le resulta gratificante.
"Es muy importante tener gente experta en clima, en contaminación atmosférica, porque ellos van a ayudar a tomar decisiones importantes para el ambiente y el país”. "Si continua así, el grupo de la UMSA será el más fuerte de Sudamérica”, sostiene Laj.
El apoyo de la UMSA ha sido determinante para garantizar el desarrollo del proyecto. Sin embargo, David Whiteman, del Laboratorio de Procesos de Mesoescala Atmosférica de la NASA, en Estados Unidos, destaca también el papel de otras entidades. Por ejemplo, en 2012, Whiteman permaneció en Bolivia por cuatro meses junto a su familia, lo cual fue posible gracias al respaldo de la embajada de su país, que también colaboró en el traslado e internación en el país de los equipos e instrumentos.
Reuniones científicas
Cada año los miembros del consorcio científico se reúnen para evaluar el trabajo que se desarrolla en la estación. El encuentro de este año se llevó a cabo la semana pasada y participaron 16 especialistas, de los que la mayoría visitó Chacaltaya.
En estos años, los equipos de científicos se han ocupado de tareas específicas, cuyos resultados se compartieron en la reunión. El equipo dirigido por Wiedensohler, por ejemplo, analiza la troposfera, que es la segunda capa de la atmósfera. "Todo lo que emiten las ciudades, los chaqueos, las plantas, sube hasta ella y por ella se transporta”, dice Isabel Moreno, del LFA.
El grupo de Wiedensohler además se ocupa de la caracterización de las propiedades físicas y ópticas de los aerosoles y su integración con las nubes. "Todo eso que está suspendido en el aire se llama aerosol”, aclara Andrade.
En el GAW Chacaltaya, Whiteman es responsable de medir el crecimiento de la capa límite, que forma parte de la troposfera y es la más cercana a la superficie terrestre.
Este equipo evalúa cómo se comporta la capa límite, que puede medir entre 700 y 800 metros a un kilómetro. La ciudad influye mucho en el crecimiento de la capa límite, pues el espesor está relacionado con la contaminación urbana, indica Whiteman.
Partículas
El grupo liderado por Laj estudia la relación entre el clima y las partículas de la atmósfera. Cuando hay muchas partículas, éstas pueden interferir los rayos del sol, lo cual produce un cambio en el clima, como el aumento de temperatura, dice el especialista. "Cuando quemas hay emisión de particulado en la atmósfera que cambia el clima”, explica.
En el caso del equipo dirigido por Krejci, los miembros estudian las nubes, la polución y la forma como se mueven los contaminantes de un lugar a otro. Según Krejci, las ciudades de El Alto y La Paz producen contaminantes que llegan a Chacaltaya y se ubican en la troposfera libre.
En la troposfera, el viento tiene mayores velocidades porque no tiene la resistencia del suelo y puede transportar los contaminantes a cientos de kilómetros a la redonda, afirma.
Así, los aerosoles generados en las quemas o en la ciudad llegan hasta los glaciares y se posan sobre la nieve. Las partículas como el hollín son de color negro, por lo cual absorben mayor energía, lo cual, al estar sobre la nieve, provoca un derretimiento rápido, argumenta Krejci. Éste es uno de los mecanismos que ha ocasionado el derretimiento de los glaciares.
Varias generaciones
Las tendencias de los datos obtenidos se podrán ver en las siguientes décadas, pues, cuando se habla de clima, por lo menos se deben tomar datos de 30 años. "Es una labor de varias generaciones”, dice Krejci.
"Lo que sí podemos decir ahora es que (el impacto de) la combustión de la deforestación del Amazonas se puede ver en Chacaltaya”, indica Paolo Laj.
El equipo de Laj también calcula el impacto de las partículas y gases que se emiten en La Paz y El Alto. "Durante la tarde llegan las nubes de polución de la ciudad”, sostiene el científico.
Educación
El trabajo de cada uno de los grupos de científicos en el GAW Chacaltaya servirá para comprender cómo cambiará el clima en el futuro. Además, se podrá determinar si el problema generado es regional o afecta a zonas más extensas y alejadas.
Si bien teóricamente el daño al medio ambiente es irreversible, con la educación se puede hacer que las personas cambien sus hábitos contaminantes. Si cada uno hace un pequeño cambio, la suma de los cambios tendrá mayor repercusión, afirma Laj.
Como la contaminación que generan las ciudades en la atmósfera proviene principalmente del sistema de transporte vehicular, una iniciativa como el teleférico es muy importante para reducir la emisión de gases a la atmósfera.
"Hay cosas que también se pueden cambiar en Bolivia y el teleférico es un buen ejemplo”, afirma Paolo Laj.
Es muy importante tener gente experta en clima, en contaminación atmosférica, porque ellos vana ayudar a tomar decisiones importantes para el ambiente y el país; el grupo de la UMSA será el más fuerte de Sudamérica.
Los Participantes
- Marcos Andrade, PhD. (LFA)
- Francesco Zaratti, PhD. (LFA)
- Isabel Moreno, PhD. (LFA)
- Ricardo Forno (LFA)
- Fernando Velarde (LFA)
- Manuel Roca (LFA)
- María Fernanda Sánchez (LFA)
- Alfred Wiedensohler, PhD.
(TROPOS, Leipzig, Alemania)
- Kay Weinhold (Tropos, Leipzig, Alemania)
- Wolfram Birmilli, PhD. (Tropos, Leipzig, Alemania)
- Paolo Laj, PhD. (LGGE, Grenoble)
- Patrick Ginot, PhD. (IRD / LGGE, Grenoble)
- Olivier Magand (LGGE, Grenoble)
- Karine Sellegri, PhD. (LAMP, Clermont-Ferrand)
- Dave Whiteman (NASA/GSFC, Greenbelt)
- Radovan Krejci (ITM, Stockholm)
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