Se llama basura electrónica a todos aquellos dispositivos eléctricos o electrónicos que han llegado al final de su vida útil y, por lo tanto, son desechados. Computadoras viejas, celulares, electrodomésticos, reproductores de mp3, memorias USB, faxes, impresoras, etc. Algunos se rompen y otros quedan obsoletos por el avance de la tecnología.
Este constante desarrollo tecnológico sumado a la lógica del mercado, genera un permanente recambio de los artefactos eléctricos y electrónicos que se consumen de manera doméstica. Las nuevas funcionalidades y modelos de los aparatos; la mayor accesibilidad por la disminución de los costos y la oferta constante de la novedad, hacen que estos productos se tornen obsoletos con mayor rapidez.
En Sudamérica, se estima que cada habitante genera un promedio de 3 kilogramos de basura electrónica por año.
La basura electrónica es vertida a cielo abierto, lo cual resulta altamente contaminante. Los metales y demás elementos que poseen estos residuos de aparatos eléctricos y electrónicos son tóxicos y contaminan el medio ambiente, perjudicando el aire que respiramos, la tierra y el agua que bebemos.
Existen diversos daños para la salud y el medio ambiente generado por varios de los componentes contaminantes presentes en la basura electrónica, en especial el mercurio, que produce daños al cerebro y el sistema nervioso; el plomo, que potencia el deterioro intelectual, ya que tiene efectos perjudiciales en el cerebro y todo el sistema circulatorio, además, el cadmio, que produce fallas en la reproducción y posibilidad incluso de infertilidad, entre otras cosas; y el cromo, que produce problemas en los riñones y a los huesos.
Algunas posibles soluciones consisten en: Incorporar el consumo responsable que incluya el reciclado de los equipos electrónicos. Reducir la generación de desechos electrónicos a través de la compra responsable y el buen mantenimiento. Donar o vender los equipos electrónicos que todavía funcionen. Donar equipos rotos o viejos a organizaciones que los reparan y reutilizan con fines sociales. Reciclar los componentes que no puedan separarse; hay empresas que acopian y reciclan estos aparatos sin costo para los dueño de los equipos en desuso. Promover la reducción de sustancias peligrosas que se usan en ciertos productos electrónicos que se venden en cada país. Las propias empresas deberían contar con un sistema de reciclaje de sus propios productos, así todo el planeta se beneficiaría.
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