viernes, 12 de diciembre de 2014

COP20 se acerca al final sin grandes cambios



A un día de concluir la cumbre climática COP20 de Lima (Perú), en la que se deben definir temas para la decisiva COP21 de 2015, en París (Francia), la sensación predominante entre quienes siguen el evento es que los acuerdos están lejos y que después de hoy habrá que seguir intensas negociaciones.

De fuentes extraoficiales se anticipa que al final no habrá mayores anuncios. Es cierto que el Fondo Verde, principal fuente de financiación contra el cambio climático, ya logró su objetivo para Lima, de pasar los 10.000 millones de dólares, gracias a nuevos aportes de varios países, incluidos algunos latinoamericanos, pero esa es solo una décima parte de lo que en verdad se necesita.

Los países industrializados, según los trascendidos, aprietan el puño a la hora de los desembolsos a pesar de ser los mayores generadores de gases de efecto invernadero, y tratan de condicionar sus aportes a lo que hagan los demás en materia de mitigación.

Posiciones. El comisario de medio ambiente de la Unión Europea, el español Miguel Arias Cañete, quizás una de las fuentes más directas que ha tenido la COP20, ha advertido que su bloque no concuerda con que se entrelacen los dos lenguajes, el de la mitigación y el de la financiación.

Poco antes de la COP20, China y Estados Unidos, los dos principales productores de gases de efecto invernadero, anunciaron políticas propias de reducción de esos contaminantes, lo que también le restó de antemano expectativas a la cita de Lima.

Algunos de quienes siguen las sesiones le dan por ello razón al presidente de Bolivia, Evo Morales, quien les dijo en vivo y en directo a las delegaciones de los otros 194 países que las COP no son un diálogo, sino “un monólogo fallido”.

Morales, notorio líder mundial de la posición contestataria frente a la forma como los industrializados y Naciones Unidas encaran el tema, fue uno de los apenas cinco presidentes que llegaron a Lima, lo que ha sido interpretado por la prensa local como señal de importancia relativa que se da al tema.

Según cifras de las Naciones Unidas, en los últimos años la temperatura promedio de la tierra ha aumentado en 0,8ºC en promedio por el efecto invernadero. De seguir a ese ritmo, al final del siglo XXI se podría llegar a entre 1,8 y 4 grados, cuando pasar de dos ya se considera catastrófico.

La Cumbre de los Pueblos, que delibera paralelamente con presencia de indígenas, campesinos, sindicalistas y políticos de izquierda, insiste, con gritos que difieren de la “diplomacia correcta” de la COP20, en que la única vía para salvar el planeta es, como dice Morales, acabar con el capitalismo. Pero en épocas de libre mercado, globalización y proliferación de las comunicaciones y el consumismo, el discurso anticapitalista solo parece tener eco en unos pocos.

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