Hace siete meses, diez especies amenazadas en Bolivia ingresaron al Arca de Noé, un proyecto de conservación de animales en extinción, desarrollado por la organización World Animal Life Foundation (WALF). El impacto generado en la primera fase despertó el interés de repetir la experiencia en Colombia, Perú, Ecuador y Chile, involucrando en este barco a siete especies.
La base de este proyecto es cambiar las prácticas de la sociedad respecto a los animales silvestres. En este afán, la estrategia es desarrollar planes de conservación de tres especies endémicas y campañas educativas en las que artistas y figuras públicas se apropien y difundan esta causa.
"Se abrió un espacio motivador para todos. Esta vez vamos a integrar a biólogos e instituciones para compartir lo que hicimos y conocer las acciones de conservación que aplican en otros países. La idea es trabajar bajo los mismos lineamientos de operación y educación”, adelanta Pancara Iturralde, fundadora de WALF.
Al quirquincho andino, guanaco, pecarí del Chaco, londra, perezoso, paraba barba azul y barba roja, y tataruga de Bolivia se sumaron el mono choro cola amarilla y el huapo colorado de Perú; el mono araña cabeza café y el guacamayo verde mayor de Colombia y Ecuador; el zorro chilote, el gato de los Andes y la chinchilla de cola larga de Chile; el jucumari y el delfín de río a nivel regional.
Si bien las fechas del lanzamiento de la campaña todavía no están definidas, ya empezaron las gestiones para obtener financiamiento y se definieron algunas de las instituciones que participarán del proyecto, entre ellas Pronaturaleza, Proaves y Omacha.
"Estamos contentos por el interés que muestran en el trabajo que hicimos. Éstas son especies que necesitan el apoyo de la gente y hay voluntad para hacerlo, así que el desafío será trabajar duro para ver los frutos”, afirma Mario Lilienfeld, director de Operaciones de WALF.
Las especies, por lo general, son elegidas por problemáticas como la pérdida de hábitat y la caza indiscriminada para alimentación o comercialización de pieles, que provocan la pérdida de sus poblaciones y, en consecuencia, los categorizan como animales en peligro de extinción.
En la primera fase del proyecto se asignó una madrina o un padrino al quirquincho, la tataruga, la paraba barba azul y el perezoso, que si bien no está amenazado, lo retienen como mascota cuando ingresa a la ciudad. Pancara, como artista boliviana, se encargó de elegir a los representantes, entre los que figuraron el pintor Roberto Mamani Mamani y los artistas Guísela Santa Cruz, Piraí Vaca y Fabio Zambrana.
La londra, el bufeo, el jucumari y el guanaco formarán parte de la segunda etapa y, con seguridad, tendrán sus propios defensores encargados de promover la campaña informativa a través de videos cortos que se difunden a nivel nacional.
"Este año tenemos muchas expectativas para ver qué artistas van a liderar las campañas”, dice Pancara, refiriéndose no sólo a las especies de Bolivia, sino también a las de países vecinos.
Otra de las acciones realizadas en el país fue el lanzamiento de un concurso artístico para proteger específicamente al quirquincho andino, una variedad altamente amenazada, con una población total de 12.000 ejemplares en Argentina, Bolivia, Chile y Perú.
En esa ocasión, más de mil artesanos y artistas plásticos presentaron souvenires, esculturas, pinturas, dibujos, fotos, murales, tallados, bordados, instrumentos y matracas que promovían la conservación de esta especie.
Este año existe la posibilidad de que algunos de los proyectos ganadores viajen a Colombia para que compartan sus trabajos con una fundación que se enfoca en todo tipo de armadillos.
Por otra parte, con la elaboración de un Plan Nacional de Desarrollo Sostenible para la Conservación de la paraba frente roja, el pecarí del Chaco y la tataruga, ahora es posible implementar acciones que disminuyan las amenazas y permitan mejorar sus poblaciones.
"Fue un trabajo conjunto entre expertos para identificar los principales problemas y las posibles acciones que cualquier institución puede desarrollar. Es como una guía para conservar estas especies”, indica el biólogo Lilienfeld, quien conformó este equipo multidisciplinario.
A esto se suma la intención de crear áreas protegidas en el Chaco de Santa Cruz y un plan de conservación para el guanaco, ya que sólo quedan 200 individuos en el municipio de Charagua.
Uno de los méritos de WALF en Bolivia es haberse convertido en un conector de gobiernos, instituciones, artistas, medios y seguidores que pueden participar en las acciones de conservación desde distintas aristas.
Bajo ese mismo principio, este año unirán esfuerzos a nivel regional para que otras especies vulnerables encuentren un espacio en esta arca salvadora que, sin duda, tiene la intención de expandirse por todos los rincones del mundo.
Los colaboradores
Ayuda En la primera fase del proyecto Arca de Noé participaron la Corporación Andina de Fomento (CAF) como auspiciador del proyecto. También contaron con el apoyo de otros esponsor como la red ATB, PAT, RTP, RPK Amazonas, el Ministerio de Culturas y Turismo, Alcaldía de La Paz y Santa Cruz, y el Gobierno Departamental de Santa Cruz.
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