El auge de las energías renovables es una esperanza para la reducción de las emisiones de CO2 y para el planeta, según un estudio especializado de Greenpeace presentado en Berlín.
"La revolución energética ha comenzado... y no sólo en Alemania”, es el título del estudio presentado por Sven Teske, responsable de la organización Greenpeace International.
El optimismo de Greenpeace con respecto al futuro de las renovables se basa ante todo en la reducción de los precios, que hace que el factor económico ya no sea un obstáculo, sino un estímulo para su desarrollo.
"La tendencia apunta hacia las renovables y el motivo central es que los precios se han reducido notablemente. La energía solar ha pasado de ser una de las energías más caras a ser la más barata, después de la eólica”, dijo Teske en una conferencia.
Eso, añadió, está llevando a que las economías emergentes recurran cada vez más a las renovables para satisfacer su creciente demanda energética.
De acuerdo con otro informe de esta organización ecologista presentado también ayer, otra luz de esperanza es que hay muchos indicios que apuntan a que el auge del carbón en China se acerca a su fin.
"Hasta hace poco, el rápido crecimiento del uso del carbón en China amenazaba con llevar al desastre climático. Sin embargo, la extremada contaminación en el país apunta a que esa tendencia se romperá”, señaló el experto en clima para Asia de Greenpeace, Li Shuo.
El especialista agregó que "en los próximos años muchas provincias chinas pasarán del rápido crecimiento del uso del carbón a una rápida reducción”.
Las medidas adoptadas por varias provincias para disminuir la utilización del carbón llevarán a una reducción de 700 millones de toneladas de CO2 para 2017 y 1.300 toneladas para 2020, cantidad esta última que iguala a las emisiones de Canadá y Australia juntas. La reunión del grupo de trabajo de expertos debe consensuar un documento final.
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