El sureste y el centro de Australia afrontan un recrudecimiento de los incendios forestales, que ya quemaron más de un centenar de casas, al registrarse uno de los días más calurosos de la historia con temperaturas superiores a los 40 grados centígrados.
Las llamas se desplazaron ayer con rapidez hacia zonas residenciales en los estados de Nueva Gales del Sur, principalmente en la localidad de Carlaminda, y de Tasmania, en la península de Tasman, en el sureste, según la agencia local de noticias AAP.
Los bomberos en Nueva Gales del Sur, unos 1.200 con 350 bombas contra incendios y apoyados por 63 aviones, combaten 140 frentes, principalmente en la región meridional, donde los termómetros superaron los 40 grados y hubo vientos de hasta 90 kilómetros por hora.
Las llamas ya arrasaron más de 54.000 hectáreas de terreno, aunque sin cobrarse ninguna víctima o quemar vivienda alguna hasta el momento, según la emisora radial ABC.
La amenaza principal en ese estado, además de Carlaminda, está en las localidades de Illawara, Shoalhaven y la región de Southern Ranges.
En la Capital Territorial de Australia, pegada a Nueva Gales del Sur y donde se sitúa Camberra, se contuvieron los incendios en el parque Nacional Namadgi.
Más abajo, en el estado de Victoria, el fuego en la localidad de Kentbruck duplicó su tamaño hasta alcanzar unas 7.050 hectáreas de terreno y amenaza a dos comunidades rurales de la zona, según la cadena Sky News.
Más al sur, en la isla de Tasmania, donde las llamas quemaron más de un centenar de casas desde el fin de semana, los bomberos luchan contra unos 43 incendios, mientras la Policía continúa la búsqueda de posibles cadáveres entre los escombros de las viviendas calcinadas.
Las autoridades todavía no ofrecieron una evaluación provisional de la extensión de los daños causados por el fuego, mientras no cesa la ola de calor.
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