domingo, 31 de enero de 2010

Biólogos temen apocalipsis amazónico por la depredación


París / Stephen Leahy (Tierramérica).- La amazonia “está muy cerca de un punto de inflexión” y, en caso de seguir la depredación, quedará reducida a un tercio del tamaño que tenía hace apenas 65 años.

Thomas Lovejoy, uno de los más reconocidos biólogos tropicales del mundo y principal asesor de la Presidencia del Banco Mundial en materia de biodiversidad, advirtió de que el cambio climático, la deforestación y los incendios son los vectores del potencial apocalipsis amazónico.

Lovejoy, en conversación con Tierramérica, dijo que “el Banco Mundial dio a conocer un estudio que finalmente reúne los impactos del cambio climático, la deforestación y los incendios, en el cual se indica que el punto de inflexión para la amazonia es de 20 por ciento de deforestación, un resultado de temer”.

El trabajo, titulado “Assessment of the risk of amazon dieback” (“Evaluación del riesgo de muerte de la amazonia”), utilizó los conocimientos de varias instituciones internacionales, entre ellas el japonés Instituto de Investigaciones Meteorológicas, la británica Universidad de Exeter, el alemán Instituto de Potsdam, el brasileño Centro de Previsión del Tiempo y Estudios Climáticos y la alemana Earth3000.

Los resultados fueron evaluados por un panel de científicos de renombre internacional. El documento informa que la amazonia ya perdió entre 17 y 18 por ciento de sus árboles. Además, tiene un destacable sistema hidrogeológico en el que el bosque genera por lo menos la mitad de sus propias lluvias.

Lo que el estudio muestra por primera vez es cómo se combina el recalentamiento planetario —que está a punto de alcanzar los dos grados por encima de la temperatura promedio de la era preindustrial— con la deforestación, que llega a casi 20 por ciento del bosque original, y los incendios forestales, que hacen que el sistema hidrogeológico de la amazonia comience a colapsar.

El sur y sudeste reciben mucho menos lluvias. Los bosques con menor humedad son más propensos a los incendios, que no sólo causan destrucción, sino que también secan más los árboles cercanos que quedan en pie. Todo esto reduce la capacidad de la selva de generar lluvia.

Así, el bosque termina convirtiéndose en un Cerrado (la sabana brasileña) luego de muchos incendios, miseria humana, pérdida de biodiversidad y emisión de carbono a la atmósfera.

La temperatura en la Tierra ya subió 0,8 grados. En la XV Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, realizada en diciembre en Copenhague, los países sostuvieron que el recalentamiento no puede superar los dos grados.

El informe de Lovejoy concluye que “para la amazonia en su totalidad, el bosque tropical remanente se reducirá a alrededor de tres cuartos de su área original para 2025 y sólo quedará un tercio para 2075, como consecuencia de la acción combinada del cambio climático, la deforestación y los incendios”.

La buena noticia es que las áreas deforestadas pueden ser reforestadas y brindar un margen de seguridad. Según la investigación, se calcula que una sola hectárea de la amazonía contiene unas 900 toneladas de vegetación, lo que incluye más de 750 tipos de árboles y otras 1.500 plantas.

Una sola laguna en Brasil puede sostener mayor variedad de peces que todos los ríos de Europa. Y en la cuenca amazónica se identificaron más de 2.000 especies, más que en todo el océano Atlántico. La cordillera de los Andes y la selva amazónica albergan a más de la mitad de las especies de flora y fauna del mundo. Allí vive uno de cada cinco pájaros del planeta.

El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) calcula que 30 por ciento de todas las especies se extinguirán para fines de este siglo si el recalentamiento planetario no se mantiene por debajo de dos grados. Otros, como el entomólogo Edward O. Wilson, profesor de la Universidad de Harvard, expusieron ante los participantes en la conferencia de la Organización de las Naciones Unidas Para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) que las extinciones pueden alcanzar al 50 por ciento.

El secretario ejecutivo del Convenio sobre la Diversidad Biológica, Ahmed Djoghlaf, en la apertura de la conferencia en París dijo: “Nuestro propósito este año es centrar la atención del mundo en la necesidad de frenar la destrucción de la biodiversidad”.

Los países partes del Convenio acordaron en 1990 ralentizar el ritmo de pérdida de biodiversidad para 2010. Pero, Djoghlaf lamentó ante Tierramérica que “no cumpliremos ese objetivo”.

Sin embargo, con las acciones vinculadas al Año Internacional de la Diversidad Biológica, Djoghlaf espera que ésta, es decir la naturaleza, concite gran interés y apoyo de los dirigentes políticos de las naciones y del público en general.

Bajo el lema “La biodiversidad es vida. La biodiversidad es nuestra vida”, los organizadores del foro de París lanzaron el plan educativo para explicar que plantas, animales, insectos, pájaros y bacterias forman los ecosistemas mundiales que brindan a la humanidad alimentos, fibras, agua y aire limpios.

Según la “Evaluación de los ecosistemas del milenio”, 60 por ciento de los ecosistemas mundiales están degradados, por lo que, en opinión de Djoghlaf, “tenemos la obligación” de cambiar nuestro modo de vida .

En octubre del presente año, los 193 países miembros del Convenio establecerán nuevos objetivos de reducción de la pérdida de biodiversidad para 2020, en la conferencia de Nagoya, Japón.

Djoghlaf cuestionó que la razón por la que no se alcanzaron las metas previstas para 2010 fue que los países no pudieron definir cómo las cumplirían. El representante adelantó a Tierramérica que habrá “estudios, informes e indicadores científicos que nos guíen, pero al final corresponderá a la dirigencia política establecer objetivos y políticas para que eso ocurra”.

Por calentamiento, quizá el 30% de especies se pierdan para fin de siglo.

Riesgo

En la cuenca amazónica se identificaron más de 2.000 especies, más que en todo el océano Atlántico.

La amazonia contiene unas 900 toneladas de vegetación, más de 750 tipos de árboles y otras 1.500 plantas.

Una sola laguna en Brasil puede tener mayor variedad de peces que todos los ríos de Europa.

El bosque tropical se reducirá a alrededor de tres cuartos de su área original para 2025 y sólo quedará un tercio para 2075.

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