La ropa con la que dormían es lo único que lograron rescatar algunas víctimas del alud que se tragó al menos 72 viviendas de la zona Huanu Huanuni, al sur de la ciudad de La Paz, la madrugada del jueves. Así, incluso con sólo pijama, un mínimo de 404 personas alcanzaron a huir del cerro que sepultó sus domicilios.
La superficie cedió ante la humedad de ríos subterráneos y constantes lluvias desde hace al menos tres semanas, aunque Huanu Huanuni era una antigua zona de deslizamiento. Alrededor de 118 familias que ahí habitaban, cerca del barrio Bella Vista, tuvieron que encarar el frío de las 04.45, cuando el cerro empezó a tragar lo que hallaba a su paso.
Más bien no fue un deslizamiento violento, cuentan algunos damnificados, ya que les dio tiempo de echar mano de hijos, o padres, o documentos y salir a la calle a ver cómo, literalmente, quedaban a la intemperie. Ayer en la mañana, algunos de los vecinos comenzaban a ser interrogados por periodistas, munícipes, funcionarios de ministerios o representantes de organizaciones no gubernamentales (ONG), para que contaran, una y otra vez, cómo la tierra despertó y los dejó sin nada.
La superficie cedió ante la humedad de ríos subterráneos y constantes lluvias desde hace al menos tres semanas, aunque Huanu Huanuni era una antigua zona de deslizamiento. Alrededor de 118 familias que ahí habitaban, cerca del barrio Bella Vista, tuvieron que encarar el frío de las 04.45, cuando el cerro empezó a tragar lo que hallaba a su paso.
Más bien no fue un deslizamiento violento, cuentan algunos damnificados, ya que les dio tiempo de echar mano de hijos, o padres, o documentos y salir a la calle a ver cómo, literalmente, quedaban a la intemperie. Ayer en la mañana, algunos de los vecinos comenzaban a ser interrogados por periodistas, munícipes, funcionarios de ministerios o representantes de organizaciones no gubernamentales (ONG), para que contaran, una y otra vez, cómo la tierra despertó y los dejó sin nada.
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