Con la declaración por parte de la ONU del 22 de abril como el Día Internacional de la Madre Tierra, Bolivia logró ayer que la comunidad internacional se sume a la devoción y el respeto milenario de los pueblos andinos por la Pachamama.
La resolución adoptada ayer por aclamación por la Asamblea General de Naciones Unidas es una iniciativa del presidente Evo Morales, quien acudió en persona a la sede de la ONU para impulsar su aprobación.
Con ello, Naciones Unidas se suma institucionalmente a la celebración del Día de la Tierra, una festividad iniciada en Estados Unidos en los años 70 que hasta ahora el organismo conmemoraba de manera no oficial.
La propuesta boliviana contó con el apoyo entusiasta del presidente de la Asamblea General, el ex canciller sandinista Miguel D’Escoto, que lució para la ocasión una chaqueta y camisa de corte andino como las que ha hecho famoso el Mandatario boliviano.
“El Día Internacional de la Madre Tierra propone una concepción de la Tierra como una entidad que sostiene a todos los seres vivientes del planeta”, afirmó D’Escoto, quien presentó a Morales como el presidente del “Estado plurinacional de Bolivia”.
El diplomático nicaragüense incluyó esta iniciativa entre los crecientes esfuerzos de Naciones Unidas por combatir la degradación medioambiental, y el cambio climático en particular.
Morales recordó en su intervención ante el pleno de la Asamblea, el “carácter sagrado” que las culturas indígenas de la región andina atribuyen a la Pachamama, la “Madre Tierra”, a la que profesan adoración por considerarla su protectora.
El “capitalismo salvaje” ha transformado esa adoración en una explotación del medio ambiente que ha llegado al punto de hacer desaparecer “el poncho blanco” de los cerros y secar las lagunas en las que pescan los bolivianos, afirmó el Mandatario.
Advirtió de que “el desarrollo no puede ser infinito” y la vida humana no es posible sin la Madre Tierra, mientras que la naturaleza sí puede sobrevivir sin el ser humano, por lo que criticó a aquellos que se creen “el ombligo del mundo y del universo”.
La resolución adoptada por la Asamblea General advierte en sus dos páginas que la Tierra y sus ecosistemas son “nuestro hogar”, por lo que el ser humano debe llegar a un equilibrio entre el respeto hacia la naturaleza y la satisfacción de sus necesidades económicas. Establece que a partir del año próximo, el organismo mundial celebrará cada 22 de abril el Día Internacional de la Madre Tierra e invita a la comunidad internacional y a la sociedad civil a acompañarlo. Naciones Unidas, EFE
La centuria de la defensa
El presidente Evo Morales pidió ayer en la Conferencia de las Naciones Unidas por el Día Mundial de la Tierra que el siglo XXI sea 100 años de defensa de la Pachamama (Madre Tierra).
“El siglo pasado fue el siglo de los derechos humanos. Después de tantas luchas y reivindicaciones por fin se reconocieron. El siglo XXI debe ser de la defensa de la Madre Tierra”, sostuvo Morales.
El Primer Mandatario hizo el pedido porque “los seres vivos deben vivir en armonía con la naturaleza”. Agregó que todos los seres vivos y la tierra tienen derechos que hay que respetar. “Llego a la conclusión de que la tierra no nos pertenece, sino que nosotros pertenecemos a la tierra, y que también tiene derecho y no sólo los humanos”, dijo.
La resolución adoptada ayer por aclamación por la Asamblea General de Naciones Unidas es una iniciativa del presidente Evo Morales, quien acudió en persona a la sede de la ONU para impulsar su aprobación.
Con ello, Naciones Unidas se suma institucionalmente a la celebración del Día de la Tierra, una festividad iniciada en Estados Unidos en los años 70 que hasta ahora el organismo conmemoraba de manera no oficial.
La propuesta boliviana contó con el apoyo entusiasta del presidente de la Asamblea General, el ex canciller sandinista Miguel D’Escoto, que lució para la ocasión una chaqueta y camisa de corte andino como las que ha hecho famoso el Mandatario boliviano.
“El Día Internacional de la Madre Tierra propone una concepción de la Tierra como una entidad que sostiene a todos los seres vivientes del planeta”, afirmó D’Escoto, quien presentó a Morales como el presidente del “Estado plurinacional de Bolivia”.
El diplomático nicaragüense incluyó esta iniciativa entre los crecientes esfuerzos de Naciones Unidas por combatir la degradación medioambiental, y el cambio climático en particular.
Morales recordó en su intervención ante el pleno de la Asamblea, el “carácter sagrado” que las culturas indígenas de la región andina atribuyen a la Pachamama, la “Madre Tierra”, a la que profesan adoración por considerarla su protectora.
El “capitalismo salvaje” ha transformado esa adoración en una explotación del medio ambiente que ha llegado al punto de hacer desaparecer “el poncho blanco” de los cerros y secar las lagunas en las que pescan los bolivianos, afirmó el Mandatario.
Advirtió de que “el desarrollo no puede ser infinito” y la vida humana no es posible sin la Madre Tierra, mientras que la naturaleza sí puede sobrevivir sin el ser humano, por lo que criticó a aquellos que se creen “el ombligo del mundo y del universo”.
La resolución adoptada por la Asamblea General advierte en sus dos páginas que la Tierra y sus ecosistemas son “nuestro hogar”, por lo que el ser humano debe llegar a un equilibrio entre el respeto hacia la naturaleza y la satisfacción de sus necesidades económicas. Establece que a partir del año próximo, el organismo mundial celebrará cada 22 de abril el Día Internacional de la Madre Tierra e invita a la comunidad internacional y a la sociedad civil a acompañarlo. Naciones Unidas, EFE
La centuria de la defensa
El presidente Evo Morales pidió ayer en la Conferencia de las Naciones Unidas por el Día Mundial de la Tierra que el siglo XXI sea 100 años de defensa de la Pachamama (Madre Tierra).
“El siglo pasado fue el siglo de los derechos humanos. Después de tantas luchas y reivindicaciones por fin se reconocieron. El siglo XXI debe ser de la defensa de la Madre Tierra”, sostuvo Morales.
El Primer Mandatario hizo el pedido porque “los seres vivos deben vivir en armonía con la naturaleza”. Agregó que todos los seres vivos y la tierra tienen derechos que hay que respetar. “Llego a la conclusión de que la tierra no nos pertenece, sino que nosotros pertenecemos a la tierra, y que también tiene derecho y no sólo los humanos”, dijo.
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