Una planta depuradora de aguas residuales, un ascensor que gasta menos energía, jardines en los techos y un museo que promociona las 22 zonas protegidas de Bolivia harán del Crispieri Nardín, en la avenida Camacho, esquina calle Loayza, el primer edificio ecológico de La Paz. El mismo se inaugurará el 10 de julio, por el Bicentenario.
Hasta esa fecha también se entregará totalmente restaurada la fachada de la estructura que data de 1930, informó Gonzalo García, impulsor del proyecto y presidente de la fundación privada Manuel García Capriles.
En noviembre del año pasado, obreros comenzaron a realizar el trabajo de recuperación de la fachada original de la construcción. Actualmente, el edificio tiene cuatro plantas, pero desde julio se construirán otras tres.
En el sótano ya se instaló la primera planta depuradora de aguas residuales de la ciudad, asegura García. La misma servirá para que todas las aguas de inodoros, urinarios, lavamanos, lavaplatos y duchas del mismo edificio sean tratadas y, una vez purificadas, ese líquido sea reutilizado. Una forma de reciclaje será mediante un sistema de tuberías instalado para todos los inodoros y urinarios. Otra consistirá en utilizar el agua para el lavado de pisos y para el riego de los jardines que se emplazarán en el techo del edificio y los de la avenida Camacho. Habrá una cantidad restante que irá directo a la red de alcantarillado.
El objetivo de García es que, en un mediano plazo, la Alcaldía de La Paz instale una planta similar en un sector del parque Roosevelt para que con las aguas recicladas se pueda regar el Parque Urbano Central.
Además, comentó, se pretende que con la instalación de esta primera planta depuradora los propietarios de los otros edificios de la avenida Camacho también instalen un sistema de tratamiento de aguas. “Si todos esos edificios tuvieran su propia planta, el río Choqueyapu sería transparente como antes”.
Con ese tratamiento, el agua tendrá un grado de contaminación mínimo que permitirá que su vertido sobre el río Choqueyapu no ocasione ningún perjuicio a la fauna y a la flora del medio ambiente, señaló García.
“La intención es mostrar que los paceños en nuestro Bicentenario podemos mejorar la calidad de vida y hacer del río Choqueyapu nuevamente un río transparente que no tenga olores y que no esté oculto bajo las bóvedas”, deseó García.
El edificio, además de la planta depuradora, contará con un ascensor de última generación.
El mismo, según García, a diferencia de los demás “no utiliza cables de acero, es silencioso, confortable, genera menos residuos contaminantes y ahorra un 50% de energía con respecto a otros convencionales”. Además, reduce el consumo de aceite y grasa entre 50 y 95%.
En cada una de las plantas se colocará vidrios con termopaneles que permitirán mantener el calor dentro del espacio y, de esa manera, ahorrar en energía eléctrica al evitar el uso de estufas. En el techo del que ahora es el último piso, se habilitarán jardines para que el espacio se convierta en un mirador, explicó García.
En las oficinas del piso 1 se instalarán paneles para dar a conocer las 22 áreas protegidas que posee el país. “El objetivo es promocionarlas entre la población”.
En la segunda planta se ubicarán las oficinas de la fundación privada Manuel García Capriles, la cual trabaja en cuatro áreas de forma independiente que son salud, patrimonio, medio ambiente y gobernabilidad. Sin embargo, la fundación “principalmente promueve el cuidado del medio ambiente”, agregó García.
En el tercer piso habrá oficinas que serán alquiladas. “Todas las obras, incluyendo la construcción de tres o cuatro nuevos pisos sobre el edificio, implicarán una inversión privada de un millón de dólares”, informó.
Hasta esa fecha también se entregará totalmente restaurada la fachada de la estructura que data de 1930, informó Gonzalo García, impulsor del proyecto y presidente de la fundación privada Manuel García Capriles.
En noviembre del año pasado, obreros comenzaron a realizar el trabajo de recuperación de la fachada original de la construcción. Actualmente, el edificio tiene cuatro plantas, pero desde julio se construirán otras tres.
En el sótano ya se instaló la primera planta depuradora de aguas residuales de la ciudad, asegura García. La misma servirá para que todas las aguas de inodoros, urinarios, lavamanos, lavaplatos y duchas del mismo edificio sean tratadas y, una vez purificadas, ese líquido sea reutilizado. Una forma de reciclaje será mediante un sistema de tuberías instalado para todos los inodoros y urinarios. Otra consistirá en utilizar el agua para el lavado de pisos y para el riego de los jardines que se emplazarán en el techo del edificio y los de la avenida Camacho. Habrá una cantidad restante que irá directo a la red de alcantarillado.
El objetivo de García es que, en un mediano plazo, la Alcaldía de La Paz instale una planta similar en un sector del parque Roosevelt para que con las aguas recicladas se pueda regar el Parque Urbano Central.
Además, comentó, se pretende que con la instalación de esta primera planta depuradora los propietarios de los otros edificios de la avenida Camacho también instalen un sistema de tratamiento de aguas. “Si todos esos edificios tuvieran su propia planta, el río Choqueyapu sería transparente como antes”.
Con ese tratamiento, el agua tendrá un grado de contaminación mínimo que permitirá que su vertido sobre el río Choqueyapu no ocasione ningún perjuicio a la fauna y a la flora del medio ambiente, señaló García.
“La intención es mostrar que los paceños en nuestro Bicentenario podemos mejorar la calidad de vida y hacer del río Choqueyapu nuevamente un río transparente que no tenga olores y que no esté oculto bajo las bóvedas”, deseó García.
El edificio, además de la planta depuradora, contará con un ascensor de última generación.
El mismo, según García, a diferencia de los demás “no utiliza cables de acero, es silencioso, confortable, genera menos residuos contaminantes y ahorra un 50% de energía con respecto a otros convencionales”. Además, reduce el consumo de aceite y grasa entre 50 y 95%.
En cada una de las plantas se colocará vidrios con termopaneles que permitirán mantener el calor dentro del espacio y, de esa manera, ahorrar en energía eléctrica al evitar el uso de estufas. En el techo del que ahora es el último piso, se habilitarán jardines para que el espacio se convierta en un mirador, explicó García.
En las oficinas del piso 1 se instalarán paneles para dar a conocer las 22 áreas protegidas que posee el país. “El objetivo es promocionarlas entre la población”.
En la segunda planta se ubicarán las oficinas de la fundación privada Manuel García Capriles, la cual trabaja en cuatro áreas de forma independiente que son salud, patrimonio, medio ambiente y gobernabilidad. Sin embargo, la fundación “principalmente promueve el cuidado del medio ambiente”, agregó García.
En el tercer piso habrá oficinas que serán alquiladas. “Todas las obras, incluyendo la construcción de tres o cuatro nuevos pisos sobre el edificio, implicarán una inversión privada de un millón de dólares”, informó.
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