Después de una década constante en el que disminuía el hambre en el mundo, está otra vez en aumento. El problema del hambre afecta a 815 millones de personas en el mundo, es decir el 11% de la población.
El Banco Mundial y el Fondo Monetario son también los protagonistas de este proceso del aumento del hambre en el mundo considera la Organización Mundial de la Salud (OMS). La política agrícola de la Comisión Europea ha sido la culpable en la ruina de millones de campesinos del mundo, con los generosos subsidios otorgados a los agricultores europeos.
Las grandes compañías multinacionales de la agricultura mundial acaparan y determinan los flujos de los principales productos alimenticios para tener altos los precios, aumentando de este modo el hambre entre los pobres del sur del mundo.
NACIONES UNIDAS
Estas apreciaciones están contenidas en la nueva relación anual de las NNUU sobre la seguridad y la nutrición en el mundo. Además, otras formas de mala nutrición amenazan la salud de millones de personas en todos los continentes dijo el organismo internacional.
El aumento, 38 millones de personas más que el pasado año, se atribuye debidos a los violentos conflictos y a los shocks ligados al clima, según “El Estado de la Seguridad Alimenticia y de la Nutrición en el Mundo”.
TALLA BAJA
Alrededor de 155 millones de niños de edad inferior a los 5 años son subdesarrollados, es decir demasiados bajos para su edad, mientras que 52 millones sufren de descompensación crónica, lo que significa que su peso no está adecuado a su altura. Preocupa también la anemia de las mujeres y la obesidad de los hombres, esta es una consecuencia no solamente de los conflictos o de los cambios climáticos, se debe sobre todo a las grandes mutaciones en las costumbres alimenticias.
Cada día en los países más pobres de la tierra mueren de hambre y de enfermedades 26.000 niños. El porcentaje global de mortalidad infantil es enorme. De cada 1.000 niños nacidos vivos, 72 mueren en los primeros cinco años de vida.
Las causas de muerte son muchas. Principalmente las guerras y guerrillas en los países africanos y las enfermedades infantiles. Naturalmente la mortalidad infantil está relacionada a las condiciones de vida de las madres.
El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) ha revelado que cada año muere de 500.000 partos de mujeres en los países del tercer mundo. Si el 90% de las madres tuviesen asistencia médica, se salvarían 800.000 niños.
La crisis alimenticia no es debida sólo a la falta de alimentos. El problema es el acceso a los alimentos, en otras palabras el hambre es hija del sistema agrícola y comercial mundial. Muchas causas contingentes, como los cambios de clima, la especulación y los millones de hectáreas destinadas a los hidrocarburos, han agravado la condición de los pobres.
DESTRUCCIÓN DE SISTEMAS AGRÍCOLAS
Una de las causas principales del hambre en el mundo es también la destrucción, en los países menos desarrollados, de los sistemas agrícolas regionales, que eran ricos en biodiversidad, que formaban parte de los ecosistemas locales y eran adaptables a las variaciones del clima.
Han sido las grandes multinacionales del sector que han impuesto gigantescas reconversiones a cultivos extensivos, demoliendo los sistemas tradicionales practicados por las pequeñas haciendas agrícolas. Y de este modo, millones de pequeños campesinos agricultores han sido expulsados de su tierra y han ido a llenar las grandes ciudades del tercer mundo.
En tiempos pasados, el campesino cultivaba decenas de especie de productos agrícolas y frutas para satisfacer las necesidades de la comunidad; actualmente les imponen cultivar una única especie de productos para el mercado mundial, destruyendo los sistemas agrícolas regionales. Tampoco existe posibilidad de competición en el mercado agrícola actual. Los precios de los productos, semillas, maquinarias etc. son impuestos por las grandes compañías multinacionales que miran más al negocio que al bienestar colectivo.
SEQUÍA E INUNDACIONES
A inicios de este año, el hambre ha golpeado algunos países de Asia, Africa, Caribe y Centro y Sudamérica, debido a la sequía o a inundaciones ligadas en parte al fenómeno metereológico del “Niño”. Ha influido también la ralentización económica global, que ha visto disuadir la seguridad alimentaria y la nutrición.
Esta es la primera vez que el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) y la Organización Mundial de la Sanidad (OMS) se unen a la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), al Fondo Internacional para el Desarrollo Agrícola (IFAD) y al Programa Mundial de Alimentos (WFP) para preparar el dosier “El Estado de la Seguridad Alimenticia y de la Nutrición en el Mundo”.
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