Mensualmente, 800 toneladas de baterías usadas son procesadas para recuperar el plomo y plástico que contienen y convertirlos en materia prima en la única planta recicladora de baterías que hay en el país y que funciona en el municipio cruceño de Warnes.
Conmetal es el nombre de la empresa que hace 25 años trabaja con el reciclaje de baterías y su producto terminado es el plomo puro y aleaciones de plomo en lingotes de 27 kilogramos, como también plástico reciclado, detalla su gerente general, Donald Somoza.
“El plomo es el único metal que sin importar las veces que se lo recicle no pierde sus propiedades químicas, aprovechando esa virtud es que el consumo de plomo reciclado en el mundo se ha incrementado permitiendo mantener las reservas de plomo mineral y todas las fábricas del mundo producen baterías en base a plomo reciclado”, explica Somoza.
Añade que la calidad del plomo refinado que se obtiene es similar la del mineral con 99,97 por ciento de pureza y permite cubrir la demanda nacional, además, cuando el precio internacional lo permite, se exporta el mineral a fábricas de Brasil y Perú.
Inicialmente, la empresa procesaba 200 toneladas mensuales de baterías usadas, cantidad que actualmente cuadruplicó.
Durante el primer año, la empresa procesaba minerales de plomo, posteriormente y después de analizar la forma de lograr mejores resultados, comenzó a recuperar el plomo mediante el reciclaje de las baterías usadas, proceso que se mantiene hasta ahora. Además, la empresa percibió que con el crecimiento del parque automotor tendría asegurado el abastecimiento de materia prima.
La empresa cuenta con una red de proveedores de materia prima, a nivel nacional, de quienes compra el plomo de las baterías, aunque también compra tubos o placas de plomo pero en menor proporción.
El proceso de reciclaje supone tres pasos para la producción de plomo. Primero, la separación, luego la fundición y, finalmente, la refinación.
Adicionalmente, aprovechando la capacidad instalada de la empresa y el hecho de que sus procesos están certificados, también ofrece servicios de disposición final de residuos peligrosos, como materiales empetrolados, mediante la incineración.
“Esta actividad otorga un gran beneficio a las empresas, puesto que les permite hacer su descarga de pasivos ambientales y seguir desarrollando sus actividades con la seguridad de tener donde disponer sus residuos sólidos”, apunta Somoza.
Al ser una empresa cuya actividad está basada en el reciclaje de materiales que, mal manejados, pueden ser peligrosos, como el plomo y el electrolito de las baterías (acudo sulfúrico), la mayor parte de la inversión, que fue de aproximadamente 750 mil a 1 millón de dólares, fue destinada a la innovación tecnológica que permita un mejor desempeño ambiental, explica Somoza.
Actualmente, Conmetal tiene una campaña nacional contra la mala disposición de baterías usadas. Somoza explica que la idea de la campaña surgió el comprobar que la inadecuada manipulación de las baterías usadas supone un gran peligro ambiental puesto que se trata de un residuo peligroso, también pudieron identificar que existe falta de información sobre el tema.
Así, la campaña se enfoca en informar que la batería de autos que entra en desuso puede ser reciclada y que, por lo tanto, al momento de comprar una batería nueva, la batería vieja debe ser entregada en la tienda, sin importar la marca.
También se hace énfasis en que la batería vieja tiene un valor económico, por tanto, cuando se compre una batería nueva y se deje la usada, el cliente puede acceder a un descuento o, si deja una batería para reciclar, puede recibir el pago de 3 bolivianos por kilo.
La empresa trabaja en hacer alianzas estratégicas con instituciones públicas para que la campaña sea sostenible en el tiempo.
El procedimiento
J Separación: Consiste en separar los componentes de plástico de los sólidos, que son de plomo, y el líquido.
J Fundición: Consiste en procesar los materiales en los hornos de fundición para sacar, en primera instancia, el plomo sin refinar.
J Refinación: Consiste en procesar el plomo en ollas de refinación hasta alcanzar un material con las especificaciones técnicas requeridas.
Es en esa parte del proceso que se explota al máximo la capacidad del laboratorio.
El material plástico se procesa y se reinserta a la industria del plástico y el líquido de las baterías recibe un tratamiento de neutralización y puede ser reinsertado a las plantas de tratamiento de agua de la cooperativa local.
Red permite tributar por materia prima
Para proveerse de materia prima, Conmetal tiene una red de proveedores de la chatarra de baterías.
En cada ciudad hay proveedores que compran al por mayor, tanto a tiendas pequeñas como a recolectores independientes.
Los proveedores mayoristas venden la materia prima a Conmetal con factura. "Ésa es la razón para no comprar de manera directa a los medianos y pequeños recolectores, quienes no tienen como emitirnos la factura por la venta", explica el gerente, Donald Somoza. La empresa trabaja directamente con 135 familias y, de manera indirecta, con más de 3.500 familias que viven de los ingresos que les generan la recolección, compra y venta de materiales reciclables.
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