lunes, 21 de diciembre de 2009

Copenhague da mínimo rédito a región, Bolivia quedaría fuera

BBC Mundo.- En América Latina ha habido dos reacciones generalizadas al Acuerdo de Copenhague: “El fin de la esperanza” o “el principio de la esperanza”. Pero el pesimismo gana cuerpo desde el punto de vista de que la región al parecer quedará de entrada al margen de la ayuda económica prioritaria, pese a que tiene al Amazonas y millones de hectáreas de áreas boscosas, consideradas en alto peligro por las variantes climáticas.

La primera tendencia entiende el documento como un desastre, mucho más limitado de lo que se necesita para llegar a un tratado legalmente vinculante que acortara las emisiones de gases invernadero. La segunda asume estas limitaciones, pero lo considera, al menos, un comienzo.

Venezuela, Bolivia (y los países miembros de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América, Alba) se enmarcan dentro de la primera categoría, mientras que Brasil encaja en la segunda.

El acuerdo promete aportar 30.000 millones de dólares para los países en desarrollo durante los tres próximos años. Por otro lado, marca el objetivo de llegar a los 100.000 millones de dólares para 2020. Pero, ¿quién obtendrá ese dinero? El texto apunta que “los fondos para la adaptación al cambio climático se destinarán de manera prioritaria a los países en desarrollo más vulnerables y a los menos desarrollados, como los estados insulares pobres y África”.

Muy pocos países latinoamericanos se ajustan a la categoría de “países menos desarrollados”, ya que la mayoría están catalogados como países de renta media. Bolivia y los estados de América Central pueden ser la excepción.

Sin embargo, algunas informaciones indicaron que si un país se opuso al Acuerdo, puede no recibir ningún dinero. Bolivia, por ejemplo, fue uno de los detractores más firmes al texto.

Por otro lado, debe mencionarse que todavía queda un largo camino para establecer de dónde se sacará el dinero, qué instituciones supervisarán el proceso y cómo se entregará a sus destinatarios.

América Latina sólo es responsable del 12 por ciento de las emisiones mundiales de gases invernadero, pero es especialmente vulnerable al calentamiento global. Existen cuatro zonas particularmente expuestas: los países de la cuenca del Amazonas, los que comparten los Andes —en ambos está Bolivia—, el Caribe y las naciones del corredor de los huracanes de América Central.

El Amazonas, los Andes, el Caribe y Centroamérica, los más afectados.

Evo llama a cumbre alternativa

El presidente Evo Morales convocó ayer a una conferencia mundial de movimientos sociales en defensa del medio ambiente y contra el cambio climático, que probablemente se efectuará en una región boliviana a definirse, desde el 22 de abril

—Día de la Madre Tierra— del próximo año. El anuncio será oficializado hoy.

Tras la Cumbre de Cambio Climático celebrada en Dinamarca y a la que calificó como un fracaso y con conclusiones “antidemocráticas”, el Mandatario dijo que su Gobierno propone montar en Sudamérica un foro alternativo.

Durante un acto de entrega de fondos en la población chuquisaqueña de Culpina, el Presidente también criticó a los líderes africanos por haber aceptado el acuerdo de Copenhague. “El gran problema —dijo— es que algunos presidentes de África están esperando su ‘chequecito’ de Estados Unidos y de algunos países europeos. Yo les dije a ellos que todos los presidentes necesitamos plata para invertir, pero cuando hablamos de cambio climático, ¿qué es más importante, la plata o el clima?”.

Todos los dardos contra la ONU

El fracaso de los esfuerzos para forjar una alianza mundial contra el cambio climático en la Cumbre de Copenhague, recae con fuerzas en el sistema multilateral de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) que —según varios especialistas consultados por El Mundo de España— fue incapaz de garantizar un consenso de mínima valía.

La ONU marcó el 18 de diciembre de 2009 como la fecha en la que todos los países se unirían bajo su bandera para enfrentar una de las mayores amenazas que pesan sobre la humanidad en el siglo XXI: el calentamiento global causado por la emisión de gases de los países industrializados, pero, finalmente, ese día será recordado como el de un caótico regateo entre un puñado de líderes de un selecto grupo de países. El grupo pergeñó un acuerdo no vinculante, de denominadores comunes mínimos, que dejó a las negociaciones sobre el clima en velocidad reducida y sembró cizaña en la comunidad internacional. La ONU sólo pudo alegar que de otra forma el Acuerdo de Copenhague hubiera nacido muerto.

Para destacar

Desde inicios de diciembre, cientos de especialistas sesionaron en la capital de Dinamarca.

La pasada semana empezaron los debates entre los líderes mundiales y las organizaciones internacionales.

El acuerdo final de Copenhague es mínimo y no refleja las necesidades y expectativas antes previstas.

El presidente Evo Morales tildó a la cita como un fracaso y a sus conclusiones como antidemocráticas.

El Mandatario convocó a movimientos sociales de todo el mundo a una conferencia paralela para 2010.


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