Copenhague / Agencias.- Estados Unidos, China, India, Sudáfrica y Brasil lograron ayer un acuerdo “débil” e “insuficiente” casi al filo de la jornada de clausura de la Cumbre Mundial del Cambio Climático, celebrada en Copenhague. Sin embargo, el documento final debía ser ratificado en la plenaria por los 192 países, la que al cierre de esta edición (21.30, hora en Bolivia, y 03.30, hora en Dinamarca) no terminaba de instalarse.
Empero, a esa hora, varios mandatarios habían abandonado esa sede.
Los compromisos alcanzados son “mínimos”, no vinculantes y con apenas algunas menciones a emprender un esfuerzo, voluntario, para que la temperatura del planeta no suba más de dos grados centígrados, y con una promesa de ayuda monetaria para que los países pobres luchen contra el calentamiento global.
En principio, el objetivo del encuentro era lograr la continuidad del Tratado de Kyoto y que sea vinculante.
El pacto de ayer fue posible por las intensas gestiones realizadas por el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, quien, al término de las reuniones, calificó de “significativo” el acuerdo.
Sin embargo, fue el primero en reconocer que los progresos alcanzados son “insuficientes”. “Es insuficiente para luchar contra la amenaza del cambio climático”, afirmó un funcionario jerárquico norteamericano, y subrayó que se trata de un “un primer paso importante”.
La delegación brasileña expresó su “decepción” porque no era “el resultado” que esperaba. “Estamos muy decepcionados. No es el acuerdo que esperábamos, pero al menos es un acuerdo que nos permitirá salvar algo y seguir negociando el año próximo las cifras que no han podido cerrarse”, explicó el embajador de la delegación brasileña, Sergio Serra.
Más temprano y cuando las negociaciones estaban en curso, el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, aseguró que no se suscribirá ningún documento que Obama “haya metido en la conferencia por debajo de la puerta” y vaticinó que la cumbre terminará “sin ningún acuerdo” y “sin gloria”. Describió a su homólogo estadounidense como “Premio Nobel de la Guerra”, en alusión al Premio Nobel de la Paz que recibió hace unos días.
La cumbre se empaña
La Cumbre Mundial sobre Cambio Climático de Copenhague, en la que participaron 119 jefes de Estado y de Gobierno, quedó marcada, al margen de acuerdos y desacuerdos, por el caos organizativo y una férrea actuación policial para frenar las protestas.
La decisión de la ONU, responsable principal de la conferencia, de permitir la acreditación de 46.000 personas en el palacio de congresos Bella Center, tres veces más que el aforo del escenario de la cumbre, provocó durante varios días un colapso de los accesos que dejó malparada su capacidad organizativa.
El Gobierno danés salió peor en el aspecto de la seguridad y en el uso del recurso de las detenciones preventivas, más de 1.500 personas, la mayoría liberadas pocas horas después.
Culpan a EEUU por “fracaso”
Los presidentes de Venezuela, Hugo Chávez, y Bolivia, Evo Morales, culparon ayer a la “irresponsabilidad de un pequeño grupo de países encabezado por Estados Unidos” del “fracaso en fondo y forma” de la Cumbre sobre Cambio Climático que finalizó ayer en Copenhague.
En una rueda de prensa conjunta con representantes de otros países de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (Alba), Chávez criticó que una veintena de líderes mundiales, reunidos por iniciativa de la Unión Europea, haya consensuado un borrador que pueda servir de base a un acuerdo climático.
“No conocemos ninguna declaración. Los documentos de trabajo de dos años quedaron ahí congelados como la nieve. Sacar ahora un documento de la nada sería lamentable y vergonzoso”.
Morales resaltó que ese texto “no es un documento de consenso” general y que entró “de contrabando” en el proceso negociador, de ahí que los países del Alba dejaron claro que no van a aceptar ningún acuerdo que no salga del proceso de discusión entre los 192 países.
Los compromisos del acuerdo no son vinculantes para los países.
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