Con la construcción de 13.150 cocinas ecológicas, llamadas Malena, en todo el país concluyó la primera fase del componente Energía para Cocinar del Proyecto EnDev-Bolivia de la Cooperación Técnica Alemana (GTZ) en Bolivia.
Del total de cocinas instaladas, más de 4 mil fueron puestas en las zonas rurales más deprimidas de Cochabamba.
Desde 2006 a la fecha, la GTZ logró instalar las cocinas hechas de adobe y barro mejorado en comunidades rurales de siete departamentos, menos Beni y Pando, con un financiamiento del Reino de los Países Bajos, que bordea los 2 millones de euros, informó Mariana Butrón, responsable del proyecto. Un total de 120 mil personas fueron beneficiadas.
En Cochabamba, las 4 mil cocinas ecológicas fueron instaladas en los municipios de Mizque, Aiquile, Irpa Irpa, Toro Toro, Tarata, Villa Tunari, Bolívar, Tapacarí, donde más de 20 mil personas mejoraron sus condiciones de vida y minimizaron los riesgos de enfermedades pulmonares.
Durante el tiempo de ejecución del programa, la GTZ logró varias alianzas con el Gobierno, las prefecturas, los municipios e instituciones privadas que están participando en diferentes niveles del proyecto: logística, contactos y capacitación en instalación de cocinas y planes de vivienda mejorada.
Características
La cocina Malena, conocida también como ecológica en el área rural, se caracteriza por el eficiente uso del combustible, que mediante una chimenea apropiada y cámaras de combustión, reduce al máximo los efectos tóxicos que genera la quema de leña, residuos animales, bagazo, bosta de animales, yareta y otros recursos energéticos.
Está hecha de barro mejorado, una mezcla de arena fina, paja cortada, bosta de burro o caballo, greda o arcilla y agua, que después de un proceso de fermentación la mezcla es utilizada en la construcción de la cocina, en vez de cemento.
Butrón explicó que el uso de cocinas ecológicas reduce al mínimo la expulsión de gases tóxicos al interior de las viviendas rurales; permite mayor comodidad para cocinar; mejora las condiciones higiénicas para preparar alimentos; disminuye el consumo de leña y biomasa; pero fundamentalmente evita la irritación en los ojos, dolores de cabeza y hasta el cáncer de pulmón, por la eliminación del humo de combustión.
SEGUNDA FASE
La segunda fase del componente Energía para Cocinar, que comprende el periodo 2006-2012, arrancará a mediados de junio con una inversión similar del Reino de los Países Bajos para expandir la construcción de Cocinas A comunidades rurales de los departamentos de Beni y Pando y regiones más alejadas del país.
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