La décimo primera escuela de proyectos, promovida por la Fundación Puma, se instaló en Oruro desde hace una semana atrás, y permanecerá en nuestra ciudad hasta el próximo 21 de mayo, con el fin de diseñar proyectos con enfoque productivo para preservar el medioambiente.
“Todos los recursos naturales tienen cierta potencialidad de manejo de recursos, y actualmente los mercados están exigiendo productos que sean respetuosos del medioambiente y ecológicos. Hay potencialidades de productos que si los manejamos sosteniblemente pueden alcanzar un buen precio y pueden ser un buen incentivo para la conservación”, aseveró José Luis Eyzaguirre, Director de desarrollo de capacidades de la Fundación Puma.
A través de este espacio, representantes de comunidades de diversas partes del territorio boliviano, elaboran proyectos de manejo sostenible y aprovechamiento productivo de recursos naturales renovables; que, además, contribuyan a la preservación del medioambiente. Después de que estos, sean aprobados por un Consejo Académico y el directorio de la Fundación Puma, serán financiados con recursos de donación, y aportes de contraparte de los beneficiarios.
Además de delegados de las comunidades, participan representantes de la Dirección General de Biodiversidad y la Dirección Forestal a través de sus Ministerios, adicionalmente participan también miembros de la Fundación Puma, representantes del sector empresarial, y un especialista en agroecología y ecosistemas andinos.
Para la escuela de proyectos que se desarrolla en Oruro, se seleccionaron 25 ideas a partir de un proceso previo de evaluación de 185 propuestas recibidas por la Fundación Puma, que presenta diversas propuestas de trabajo con recursos como la madera, castaña, t’ola, producción de tintes, infusiones como té y mates; además de proyectos productivos de manejo de animales como el sábalo y las vicuñas.
Eyzaguirre explicó que la escuela de proyectos se desarrollará en dos ciclos, de once días cada uno, “primero planteamos un perfil de proyecto, lo validamos y lo aprobamos por un consejo, después los ejecutantes del proyecto regresan a sus comunidades para socializar el proyecto y aprobarlo; en un segundo ciclo, hacemos el diseño final, le ponemos el presupuesto al proyecto y viabilizamos su financiamiento”.
El objetivo final, es contar con emprendimientos ejecutados por los propios comunarios, y a partir de ellos, generar beneficios sociales y económicos para estas poblaciones, garantizando así, la preservación de recursos naturales en ellas.
“Todos los recursos naturales tienen cierta potencialidad de manejo de recursos, y actualmente los mercados están exigiendo productos que sean respetuosos del medioambiente y ecológicos. Hay potencialidades de productos que si los manejamos sosteniblemente pueden alcanzar un buen precio y pueden ser un buen incentivo para la conservación”, aseveró José Luis Eyzaguirre, Director de desarrollo de capacidades de la Fundación Puma.
A través de este espacio, representantes de comunidades de diversas partes del territorio boliviano, elaboran proyectos de manejo sostenible y aprovechamiento productivo de recursos naturales renovables; que, además, contribuyan a la preservación del medioambiente. Después de que estos, sean aprobados por un Consejo Académico y el directorio de la Fundación Puma, serán financiados con recursos de donación, y aportes de contraparte de los beneficiarios.
Además de delegados de las comunidades, participan representantes de la Dirección General de Biodiversidad y la Dirección Forestal a través de sus Ministerios, adicionalmente participan también miembros de la Fundación Puma, representantes del sector empresarial, y un especialista en agroecología y ecosistemas andinos.
Para la escuela de proyectos que se desarrolla en Oruro, se seleccionaron 25 ideas a partir de un proceso previo de evaluación de 185 propuestas recibidas por la Fundación Puma, que presenta diversas propuestas de trabajo con recursos como la madera, castaña, t’ola, producción de tintes, infusiones como té y mates; además de proyectos productivos de manejo de animales como el sábalo y las vicuñas.
Eyzaguirre explicó que la escuela de proyectos se desarrollará en dos ciclos, de once días cada uno, “primero planteamos un perfil de proyecto, lo validamos y lo aprobamos por un consejo, después los ejecutantes del proyecto regresan a sus comunidades para socializar el proyecto y aprobarlo; en un segundo ciclo, hacemos el diseño final, le ponemos el presupuesto al proyecto y viabilizamos su financiamiento”.
El objetivo final, es contar con emprendimientos ejecutados por los propios comunarios, y a partir de ellos, generar beneficios sociales y económicos para estas poblaciones, garantizando así, la preservación de recursos naturales en ellas.
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