Un voraz incendio arrasó ayer con al menos 50 hectáreas de pajonales, arbustos bajos y especies nativas del cerro Capuraya, en el municipio de Quillacollo, camino antiguo a Santiváñez. Ante la magnitud del hecho, la Unidad de Gestión de Riesgos (UGR) de la Gobernación desplazó el helicóptero Bambi Bunker que descargó más de 4.200 litros de agua para aplacar las llamas que amenazaban con extenderse.
Según los comunarios, el fuego se inició cerca de las 10:00 en las tierras utilizadas para el pastoreo. Sin embargo, recién pudo ser controlado a las 18:30. El responsable de la UGR, Óscar Soriano, informó que voluntarios y rescatistas del SAR-FAB, Bomberos de Cercado y Quillacollo y 50 soldados del regimiento Tumusla de Cotapachi trabajaron arduamente para apagar el incendio desde el medio día de ayer.
Estos utilizaron mochilas de agua, bates de fuego e incluso arbustos. Sin embargo, las olas de viento propagaron las llamas por varias horas. A ello se suma que el terreno, con pendientes y suelo rocoso, impidió el acceso de los efectivos. Ante ello, el helicóptero Bambi Bunker realizó seis descargas de 700 litros de agua, cada una.
“El viento es un enemigo bastante grande que coadyuva a que el fuego se propague y sea muy difícil de controlar, además de muy riesgoso para el personal”, indicó Soriano, mientras monitoreaba las hileras de fuego que se reactivaron en reiteradas oportunidades.
Según el relato de algunos bomberos, algunas aves todavía revoloteaban en medio de las llamas a fin de buscar y proteger sus huevos y nidos. Estiman de aves, ratas y víboras fueron calcinadas. El comunario, Benigno Pérez, indicó que en 2013 un incendio similar afectó la zona; sin embargo, el ocurrido ayer fue el más grande. “No se sabe quién ha hecho. La comunidad en la mañana estaba llena de humo”, señaló. Entretanto, el responsable de Bomberos de Quillacollo, Osmar Quispe, teme que las llamas hayan consumido entre 60 y 100 hectáreas.
Reportan 95 focos de calor
Hasta el momento se han reportado 95 focos de calor en el departamento de Cochabamba que han arrasado con más de 3.000 hectáreas de bosques, pajonales y cultivos.
El incendio más grave se registró a fines de octubre en el municipio de Chimoré a consecuencia de un chaqueo descontrolado que arrasó con más de 500 hectáreas de bosques y cultivos.
En tanto que en los últimos se reportaron dos incendios presuntamente provocados en la laguna de Quenamari, en la zona de Albarrancho, en el extremo sur de la ciudad. Los dos siniestros destruyeron seis hectáreas y un importante espacio para la reproducción y anidación de aves acuáticas. Se presume que el transfondo son intenciones de urbanizar el sector.
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