La planta de tratamiento de aguas de P’uchukollo de EPSAS es el mayor contribuyente a la contaminación del río Seco y por tanto a los ríos tributarios al sistema Pallina-Katari-Cohana y a la bahía de Cohana, en el Lago Titicaca, denunció el coordinador nacional de Investigación y Monitoreo Ambiental de la Liga de Defensa del Medio Ambiente (Lidema), Marco Octavio Ribera.
Afirmó que pese a que hace más de diez meses, EPSAS concluyó la ampliación de su planta de tratamiento de P’uchukollo, con una inversión de casi ocho millones de dólares, la misma no cumple sus funciones ni las acciones previstas.
“Esta información proviene de una inspección y muestreo realizado en octubre del 2010, ocasión en la que se verificó que el agua del tubo y canal emisor de la planta, estaban extremadamente contaminados”, indicó Ribera.
Agregó que a mediados de 2011, en la inspección y monitoreo del canal emisor de la planta de P’uchukollo, las aguas del tubo emisor nuevamente se observaban muy oscuras (color gris oscuro oliváceo), muy túrbidas, con fuerte olor a heces fecales y sulfuros, es decir, sin cambios desde octubre del 2010, con gran cantidad de espumas por fosfatos y el mismo color, turbidez y olor, que las aguas no tratadas del río Seco.
“La demanda química de oxígeno (DQO) que es la cantidad de oxígeno necesario para la oxidación de la materia orgánica presente en el agua, está casi diez veces por encima del límite permitido para aguas clase D, o muy contaminadas”, aseguró Ribera, citando un estudio del Laboratorio de Calidad Ambiental del Instituto de Ecología-UMSA.
Dijo que de igual manera, el fósforo total está 14 veces por encima del límite permitido para aguas clase D, o muy contaminadas, en tanto que las coliformes fecales están 7,5 veces por encima del límite permitido para aguas clase D, o muy contaminadas.
Por su parte, el coordinador de comunicación del Lidera, Edwin Alvarado, indicó a Enlared que la excesiva contaminación del lago Menor (Cohana) las aguas rebasaron su propio nivel e inundaron la Bahía en unos cinco kilómetros.
En tanto, las comunidades que se habían dedicado a la pesca, dejaron esa actividad debido a que ya no pescaban especies con vida y más bien se dedicaron a la agricultura, lo cual les fue imposible sostener debido a la misma contaminación que afectó a sus productos, por lo que decidieron dedicarse a la ganadería con iguales resultados, pues el berro con el que se alimenta el ganado, está igualmente contaminado y ha provocado en los animales diarreas e infecciones.
“Por lo tanto, bajó el rendimiento de la carne, leche y queso y consecuentemente no hay excedente para el autoconsumo, habiendo disminuido la seguridad alimentaria de la comunidad, afectando el coeficiente intelectual de los niños”, dijo Alvarado.
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