Los Urus de las comunidades Puñaca Tintamaría, Llapallapani y Vilañeque, ayer con gran entusiasmo y esperanza recibieron la siembra de alevines que realizó el Gobierno Autónomo Departamental de Oruro (Gad-Oru) en el lago Poopó, con lo que se garantiza la actividad de la pesca para próximas gestiones en el recurso hídrico.
Con su característica vestimenta que es un poncho a rayas y sombrero hecho con totora, varios urus asistieron a la siembra de alevines para ser testigos de cómo el lago volvía a albergar vida después de casi cuatro de años de haber sufrido la peor crisis de sequía de los recientes años.
En sus rostros se veía la esperanza y alegría de volver a ver al lago en casi toda su extensión, tras el panorama desolador que reflejaba el Poopó desde el 2014, cuando murieron miles de peces y aves.
Uno de los representantes de la Nación Uru, Rufino Colque, quien vivió de cerca toda la tragedia que pasó el Poopó por la sequía, manifestó que "es una alegría indescriptible ver nuevamente al lago vivo".
Indicó que los tres pueblos de la Nación Uru, son de nacimiento pesqueros y cazadores, son las actividades económicas que les sustentan, por ello se vieron gravemente afectados cuando el lago se secó.
"Dios ha querido que vuelva el lago y ahora es nuestra obligación cuidar, ya no contaminar para que no mueran los animales y todos nos beneficiemos de nuestro lago", sostuvo.
Agregó que la siembra de alevines es histórica, pues es la primera vez que esta actividad se realiza en el Poopó, ya que siempre ingresó el pejerrey de forma natural por el río Desaguadero.
Aseveró que cuando el lago se secó, al ser la única fuente de ingreso de los urus, se buscó otras alternativas, algunos migraron hacia la ciudad y otros empezaron a fortalecer el tema de turismo, actividad con la que se tuvo resultados positivos ya que permitió que la población conozca más sobre la nación milenaria y desarrollar habilidades respecto a la artesanía.
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