Diez millones de hectáreas. Ese es el reporte preliminar hasta septiembre, del daño ocasionado por los incendios forestales y corroborado por el INRA. Aún falta que se dé a conocer el informe consolidado hasta diciembre, cuando seguía ardiendo Otuquis y ya nadie hablaba del tema de los incendios.
Algunos expertos en geomática ambiental se atreven a dar un adelanto de que el daño en superficie nacional llegó a 14 millones de hectáreas, la mayoría en el departamento cruceño.
San Matías, San Ignacio, Concepción son municipios donde se está ampliando la frontera minera y agrícola, registrando el mayor daño ambiental, pero además afectación a la salud pública, por los altos niveles de contaminación del aire.
Ese informe preliminar ya supera las estadísticas nacionales históricas de fuego, con la ayuda de leyes conocidas por la población como “incendiarias”.
Bosque y territorios indígenas en la mira
Aproximadamente el 60% de la superficie nacional quemada es boscosa, concentrada sobre todo en territorios indígenas y áreas protegidas. Un reporte del CEJIS sobre focos de calor muestra más de 250 mil focos en 53 de los 58 territorios indígenas ubicados en seis regiones de tierras bajas.
Las sanciones penales son irrisorias
Una investigación de EL DEBER y Connectas, basada en los informes diarios de la ABT, concluyó que el 96% de los casos abiertos contra los incendiarios se encuentra en etapa preliminar, y que solo nueve personas recibieron sentencia mínima por quemas ilegales desde 2019.
Combo incendiario
Un conjunto de normas facilita el fuego. Por lo menos una decena de leyes de distintos rangos contribuye a agravar la problemática de los incendios. Legisladores nacionales vienen denunciando su existencia e impugnándolas, pero hasta la fecha, las más nefastas, como la 741, siguen en pie, a pesar del desastre ambiental de este 2024.
Hay razones económicas detrás del fuego
Álvaro Castillo, comandante de los bomberos voluntarios UUBR, y parte de la directiva departamental, cree que hay motivación económica en los incendios (expansión agrícola), social (desmonte barato en tierras fiscales) y política (desgastar al adversario).
Sin prevención
El 90% es causado por la acción humana. Según UUBR, el 90% de los siniestros son provocados por la acción humana y le preocupan las ONG que reciben “bastante dinero” para prevención. Benjamín Calle, de Rescate Urbano, lamentó que se reaccione y no se prevenga, a lo que sumó que los desastres ocurran en periodos cada vez más cortos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario