Todas las mañanas el cielo paceño amanece con una capa de gases contaminantes generados por la industria y el creciente parque automotor, según el Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología (Senamhi).
La Unidad de Manejo y Conservación de Bosques del Ministerio de Desarrollo Forestal y Tierras coincidió con el Senamhi e informó que empezaron los chaqueos en el oriente del país, pero son mínimos y el humo que generan aún no llegó a las ciudades. Pero estima que la contaminación del aire será mayor entre septiembre y octubre, cuando la quema de arbustos será mayor y también la cantidad de humo en el aire, pues es el tiempo en que los campesinos preparan la tierra para la agricultura y ganadería.
“Hay dos condiciones (para que haya gases en el cielo paceño): una, que La Paz ya tiene un nivel de contaminación por las condiciones de aire estable en el centro y la zona Sur; y dos, que en los últimos días hubo chaqueos en la parte oriental de Beni y Santa Cruz, y cuando hay corrientes de viento desde el sur, el humo ingresa a la ciudad pero todavía no se nota”, informó ayer a La Razón uno de los responsables del Senamhi, Félix Trujillo.
Explicó que el humo sobre el cielo paceño desaparece “a medida que va calentando y se va ventilando el ambiente”. Insistió en que el aporte de los chaqueos es leve en la ciudad, lo que más se observa es contaminación del transporte público e industria. Pidió a las autoridades locales y nacionales iniciar campañas para disminuir la circulación de vehículos y controlar la emisión de gases en las factorías.
El responsable de la Unidad de Conservación de Bosques, Luis Olguín, sostuvo que el humo en el cielo paceño no es producto de los chaqueos. Si bien empezaron las quemas en el trópico del país, todavía no debería sentirse en los centros urbanos porque el número de focos de calor es menor en 24% con relación al año anterior en la misma época. “Por efecto de las quemas no sería (el humo sobre el cielo paceño) porque las corrientes de viento no corresponden; (el humo) podría proceder del Beni, pero las quemas no son muchas ni muy fuertes”, subrayó.
Olguín indicó que el número de focos de calor disminuye cada año que pasa: el 2005 se registraron 40.000, al año siguiente 35.000, el 2007, 20.000, el 2008 habían 10.000 y ahora 5.000 (-24%).
La Unidad de Manejo y Conservación de Bosques del Ministerio de Desarrollo Forestal y Tierras coincidió con el Senamhi e informó que empezaron los chaqueos en el oriente del país, pero son mínimos y el humo que generan aún no llegó a las ciudades. Pero estima que la contaminación del aire será mayor entre septiembre y octubre, cuando la quema de arbustos será mayor y también la cantidad de humo en el aire, pues es el tiempo en que los campesinos preparan la tierra para la agricultura y ganadería.
“Hay dos condiciones (para que haya gases en el cielo paceño): una, que La Paz ya tiene un nivel de contaminación por las condiciones de aire estable en el centro y la zona Sur; y dos, que en los últimos días hubo chaqueos en la parte oriental de Beni y Santa Cruz, y cuando hay corrientes de viento desde el sur, el humo ingresa a la ciudad pero todavía no se nota”, informó ayer a La Razón uno de los responsables del Senamhi, Félix Trujillo.
Explicó que el humo sobre el cielo paceño desaparece “a medida que va calentando y se va ventilando el ambiente”. Insistió en que el aporte de los chaqueos es leve en la ciudad, lo que más se observa es contaminación del transporte público e industria. Pidió a las autoridades locales y nacionales iniciar campañas para disminuir la circulación de vehículos y controlar la emisión de gases en las factorías.
El responsable de la Unidad de Conservación de Bosques, Luis Olguín, sostuvo que el humo en el cielo paceño no es producto de los chaqueos. Si bien empezaron las quemas en el trópico del país, todavía no debería sentirse en los centros urbanos porque el número de focos de calor es menor en 24% con relación al año anterior en la misma época. “Por efecto de las quemas no sería (el humo sobre el cielo paceño) porque las corrientes de viento no corresponden; (el humo) podría proceder del Beni, pero las quemas no son muchas ni muy fuertes”, subrayó.
Olguín indicó que el número de focos de calor disminuye cada año que pasa: el 2005 se registraron 40.000, al año siguiente 35.000, el 2007, 20.000, el 2008 habían 10.000 y ahora 5.000 (-24%).
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