La cifra, que duplica el promedio del subcontinente, con 5,9 kilómetros por habitante, supera a países como México (8,3 kilos p/p) y Brasil (7 kilos p/p); y lo que es más preocupante, el 81 por ciento del total de esta basura digital tiene un destino desconocido, es decir, llega a vertederos o basurales clandestinos.
El gran problema es que los desechos electrónicos son altamente contaminantes de las capas subterráneas y los cursos de agua, debido principalmente a sus contenidos de metales pesados y plomo en sus monitores, además de la descomposición alcalina de sus baterías. En la nación sudamericana, una de las pocas empresas que se encarga de dar mejor destino a estos materiales es la Fundación Chilenter, donde su directora Irina Reyes, señaló qué sucede principalmente con esta situación.
"Se da más a nivel domiciliario, porque las empresas tiene mayor claridad de sus cifras. Ellos pagan por aseo y por retiro de sus residuos, pero en las casas todos tenemos un computador y un celular. En Chile tenemos hoy 20 millones de celulares y somos muchos menos habitantes que eso", afirmó.
¿Qué se puede hacer con esta basura electrónica? Tal como se los contamos hace unos meses, Chilenter se encarga de reacondicionar y reciclar estos elementos para ser donados, principalmente a colegios de escasos recursos a nivel nacional; mientras que el resto de los materiales, además de reciclarse, sus componentes más valiosos son exportados a Bélgica y Holanda, donde son requeridos como material para minería secundaria.
No hay comentarios:
Publicar un comentario