el primer viaje, en el año 2000", asegura el astrónomo Miquel Serra-Ricart, del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC).
Él lo contaba mientras alrededor suyo bajaban hacia el mar grandes bloques
de hielo azul, color que adquiere el agua congelada cuando la concentración
de oxígeno es alta, lo que indica que lleva mucho tiempo sufriendo una gran presión. Dicen algunos que es el hielo más antiguo.
No es la primera señal evidente a simple vista de que el calentamiento de la Tierra se está acentuando. El frente del glaciar Qaleraliq se ha reducido en cientos de metros, partiéndose en dos partes, y el explorador recuerda también que era mucho más alto en 1997.
Ahora a las imágenes se suma el sonido porque cada poco rato se escucha un trueno de larga duración, que no es tal: son los bloques que caen de los mismos glaciales cuando las grietas acaban por romper, algunos de muchas toneladas: los icebergs.
Otros pequeños fragmentos que crean una especie de chapapote helado entre el que no es fácil moverse.
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