La concentración sin precedentes de gases con efecto de invernadero (GEI) en la atmósfera y el riesgo de un calentamiento de 4º C hacia 2060 han llevado a que se produjeran llamados de alerta en vísperas de la conferencia de la ONU organizada por Catar, campeón mundial de las emisiones de GEI por habitante.
"La conferencia de Doha presenta un desafío único: mirar hacia el presente y el futuro", declaró la responsable de la ONU para el Clima, Christiana Figueres, en su discurso de apertura.
"El presente son los medios de aumentar el nivel de ambición en forma urgente", es decir, que los países asuman compromisos más fuertes en materia de reducción de GEI, explicó.
Por el momento, las iniciativas adoptadas por los diversos países para reducir sus GEI están lejos de permitir contener el calentamiento a +2º C, el objetivo de la comunidad internacional y límite más allá del cual el sistema climático podría dispararse, con efectos incontrolables.
"El futuro es el marco que se impondrá a todos, con equidad y en conformidad con lo que requiere la ciencia", añadió. Figueres se refería al acuerdo mundial, previsto en 2015 y que debe entrar en vigor en 2020, que comprometerá a todos los países, incluyendo a China, el mayor contaminador del mundo, repartiendo entre ellos los esfuerzos para limitar el calentamiento.
En Doha se esbozarán las bases de ese acuerdo. "Se trata de una conferencia de una importancia vital", declaró por su parte su presidente, el viceprimer ministro catarí Abdula Al Atiya.
"Debemos trabajar seriamente durante las dos próximas semanas" (...), mostrar flexibilidad y no perder el tiempo con cuestiones marginales (...) para lograr un acuerdo sobre el acto II del Protocolo de Kioto", agregó.
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