Pero la economía de muchas comarcas también depende del turismo vinculado a la naturaleza, así que un incendio que destruya un paisaje también puede arruinar económicamente pueblos enteros por el descenso del turismo. Podría ser el caso de las poblaciones situadas alrededor de los parques nacionales.
Asimismo el problema afecta a la formación y captación de humedad que ayuda a generar lluvias, favorece la depuración del aire y la generación de oxígeno, la formación y mantenimiento de suelo fértil, etc.
Pero los bosques son mucho más que servicios económicamente valiosos para la sociedad. Son ecosistemas complejos que desarrollan funciones fundamentales aunque no tengan un valor de mercado: regulación climática, fotosíntesis, hogar y alimento para cientos de especies, además de mejorar la calidad de vida da la población de su alrededor, o permitir lugares para el esparcimiento, el ocio y el deporte sano.
Por tanto, cuando se quema un bosque, se pierde mucho más que lo que se ve a primera vista: los árboles.
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