“Ya terminamos la perforación de los pozos verticales y pozos horizontales. Al momento estamos drenando las aguas con un caudal de aproximadamente 2,5 litros por minuto. Ahora nos toca canalizar este líquido en tubos de cuatro pulgadas en una longitud de 150 metros”, explicó Melvin Clemente, responsable del Centro de Operaciones de Emergencia (COE).
Añadió que los vecinos de la calle Diego de Ocaña “dormirán con más tranquilidad, ya que las aguas del alcantarillado pluvial que pasan por debajo de sus casas se está drenando con tubos de hormigón”.
Sin embargo, Lima recordó que en la zona todavía hay mucho por hacer, como concretar las tareas de estabilización y de eliminación de los pozos ciegos que usan algunos vecinos, detectados por un estudio de la Empresa Pública Social de Agua y Saneamiento (EPSAS). Clemente adelantó que en nueve días se instalará una mesa técnica para analizar cómo estabilizar el terreno en ese barrio del Distrito 1.
En noviembre de 2011, en el lugar se produjo un deslizamiento que amenazó con dañar unas 60 viviendas construidas a unos dos metros del borde del barranco desmoronado.
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