En las imágenes de 2010, tomadas el 7 de octubre pasado, se puede apreciar cómo quedó el pueblo tras romperse un muro de contención de una balsa de lodos tóxicos, que terminó envenenando varios ríos menores y amenazó con verter en el Danubio arsénico y varios metales pesados. El incidente le costó la vida a diez personas y generó heridas de diversa consideración a otras 125, además de los elevados daños económicos que fueron cuantificados en cerca de 200 millones de euros.
Quizás lo único bueno que se ha podido destacar de este desastre fue la promesa cumplida del gobierno local a través del primer ministro Viktor Orban tras el desastre, quien en 2010 prometió casas (o dinero equivalente) y una contundente indemnización a todas la familias afectadas por el desastre.
En materia legal, la empresa causante del incidente fue multada con US$ 650 millones, mientras cerca de 30 de las víctimas los demandaron, y cuatro gerentes están siendo investigados en un proceso criminal, y ya se habla de la nacionalización parcial de la empresa, para evitar que incidentes similares vuelvan a ocurrir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario