La cruzada fue presentada en un céntrico hotel de la ciudad de La Paz con la presencia de la viceministra de Medio Ambiente, Cintia Silva, y la directora de Gestión y Desarrollo Forestal, Evelyn Gemio.
"Estamos trabajando con programas que buscan transformar los sistemas productivos e ir eliminando el uso de la práctica de la quema paulatinamente y en el largo plazo y, en ese sentido, decirles que se trata de una acción estructural que busca realmente un proceso transformador", dijo Silva a los periodistas.
La funcionaria explicó que durante la campaña se prevé adquirir carros bomberos, motobombas; contratar bomberos, equipos de protección personal, mochilas de extinción y herramientas manuales, con el apoyo de la cooperación japonesa.
Silva convocó a los medios de comunicación a coadyuvar en la campaña, para efectivizar la disminución de incendios, muchos de ellos de gran magnitud en los bosques y evitar la propagación de focos de calor.
Por su parte, la directora Gestión y Desarrollo Foresta informó que esa unidad desplegará por todo el territorio nacional técnicos especialistas, para capacitar en prevención y combate de incendios forestales a unidades militares, organizaciones sociales y unidades educativas.
Precisó que esa capacitación, que beneficiará a unas 6.000 personas, se realizará hasta fin de mes en los departamentos con más incidencia de focos de calor e incendios forestales.
"Ya hemos empezado con el monitoreo de focos de calor y ese monitoreo lo estamos haciendo basándonos con la tecnología y estamos en la capacidad de saber cada día cuantos focos de calor se registran y que probabilidades de incendio se registran", informó.
Según fuentes oficiales, desde el 1975 hasta 2010 se estima la pérdida de 7.475.399 millones de hectáreas de bosque natural a causa de incendios registrados en los principales ecosistemas forestales, ubicados principalmente en los departamentos de Beni, Pando y Santa Cruz.
Esos hechos no sólo representan la pérdida de bosques, sino la afección directa de ciclos naturales, entre ellos, el agua, que en regiones como el Chaco y la Chiquitania ocasionaron sequias prolongadas provocando severos daños en la economía de las poblaciones.
Los incendios forestales también provocaron enfermedades respiratorias y oculares en la población principalmente en niños y ancianos.
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