martes, 11 de septiembre de 2018

Pulmones verdes: Una carencia que agobia a los habitantes de Sucre


SALUD PÚBLICA


Los jardines, los parques, las zonas verdes o el arbolado son elementos clave para mantener una buena calidad de vida en las ciudades y favorecer el bienestar de las personas. Las ciudades con más áreas forestadas tienen un mejor estándar de vida, según recomiendan los urbanistas.

Hace ya cerca de 100 años, la ciudad de Sucre inauguraba su principal y por muchas décadas único pulmón verde: El Parque Centenario.

Este singular vergel se encuentra ubicado en la zona central de la ciudad, sobre lo que antiguamente eran huertas y casas quintas pertenecientes a familias tradicionales, aunque también su superficie abarcaba antiguas quebradas y lechos de arroyos. Este único parque urbano abarca una superficie cercana a las 4 hectáreas y por muchos años fue el principal centro recreativo de los capitalinos. El parque fue entregado al público con motivo del primer centenario de la Fundación de la República, el 6 de Agosto de 1925, aunque a los pocos años fue rebautizado como Parque Bolívar, en honor al Libertador Simón Bolívar.

No obstante, se tienen referencias sobre los primeros esfuerzos de construir un parque en el mismo lugar, que se remontan al período colonial. Según algunas versiones, el parque fue concebido ya por Ramón García de León y Pizarro, presidente de la Real Audiencia de Charcas y considerado el último Oidor de la Colonia. Esta autoridad habría mandado a construir la portada, conformada por los dos arcos de ingreso, y el obelisco que actualmente se encuentra en la plazuela Libertad. Sin embargo, durante el primer centenario el parque fue dotado por elementos decorativos más portentosos y de estilo francés. Las modificaciones realizadas hace casi un siglo son las que se mantienen hasta ahora y las que, además de la gran reforestación, resaltan con características propias como las réplicas de los arcos y la pequeña Torre Eiffel, la misma que sería emplazada años después al borde de la laguna artificial.

Este importante esfuerzo urbano fue concebido en su época para una ciudad pequeña, cuyo número de habitantes oscilaba entre 15 y 20.000 personas. Además, los alrededores de Sucre conservaban todavía su campiña tradicional en la que las especies silvestres proporcionaban todavía a esta zona un paisaje agradable que hacía la vida más llevadera.

Así, si hace algunas décadas la Capital contaba con áreas verdes y un entorno natural suficientes para la limpieza del medioambiente de un centro urbano pequeño; hoy por hoy, cuando la ciudad se ha extendido considerablemente, el único pulmón urbano del casco histórico sigue siendo el Parque Bolívar y los predios aledaños de la antigua estación de ferrocarriles. Y en cuanto a los nuevos barrios, éstos no cuentan con parques y apenas con algunas plazas y plazuelas en las que predomina el cemento, mientras su entorno campestre retrocede día a día ante la irrefrenable tendencia a habitar nuevos espacios.

Es importante señalar que la arboleda y los jardines de la Plaza 25 de Mayo fueron también diseñados y levantados a principios del Siglo XX, pues hasta poco antes, la plaza de armas era una enorme explanada yerma donde apenas resaltaba una pileta de piedra en el centro.

Otro de las áreas verdes de importancia y que datan de varios años es el Cementerio General, donde, sobre todo en la parte antigua, se observan grandes pinos y otras especies de árboles que le dan a ese sector de la ciudad un entorno más agradable.

Pero a partir de ahí, son pocos los proyectos de gran escala para dotar a la ciudad de un nuevo pulmón verde. El parque Mariscal Sucre, construido hace cerca de dos décadas, no puede compararse en dimensiones y atractivo al parque Bolívar. Uno de sus espacios fue convertido en parque “multipropósito”, donde prevalece el concreto.

Hace varios años atrás, en la gestión del ex alcalde Germán Gutiérrez, el Gobierno Municipal procedió a la expropiación de los predios de la ex Estación Aniceto Arce con el propósito inicial de construir la prolongación del Parque Bolívar. Inclusive se había analizado la posibilidad de construir allá un Jardín Botánico, que sería el primero para la ciudad. No obstante, esos predios pasaron a propiedad del antiguo Poder Judicial con el objeto de construir allá una Ciudadela Judicial que reúna a todas las reparticiones de la administración de justicia, las cuales finalmente serán ubicadas en la zona de K’ora K’ora. Hoy en día, la Alcaldía recuperó esos terrenos y nuevamente surge la posibilidad de ampliar la zona verde del parque.

¿Cuáles son las razones para que la ciudad capital haya perdido uno de los principales indicadores de su calidad de vida?

Según el presidente del Colegio de Arquitectos de Chuquisaca, Gustavo Ledezma, lo que ocurre principalmente es una falta de planificación de las instancias correspondientes, situación que se agrava con una cada vez más insostenible presión migratoria que hace muy difícil la planificación de pulmones verdes.

La ciudad, que ahora ronda los 300 mil habitantes, se extendió sin tomar en cuenta la construcción de estos espacios, dando lugar a un paisaje sombrío en los que los pocos lugares verdes afloran como pequeños lunares en medio de una gran urbe de concreto y ladrillo.

Ledezma afirma que Sucre ocupa entre los últimos lugares dentro de los índices recomendados a nivel internacional. Actualmente, la capital no alcanza a 1 metro cuadrado por habitante, cuando los estándares sitúan en diez metros el nivel aconsejable.

Dado que las áreas verdes son verdaderos pulmones que mejoran la calidad del aire y contribuyen a un ecosistema más sano, se puede afirmar que la ciudad adolece de un preocupante déficit de zonas forestadas que influye negativamente tanto en la salud física como mental de sus habitantes, puesto que se ha comprobado que las ciudades con mayor cantidad de áreas verdes ofrecen a sus habitantes una mejor calidad de vida.

Ledezma advierte que en Sucre se siguen priorizando los espacios de concreto, en detrimento de las zonas forestadas. Una muestra de ello –afirma– es la construcción de escenarios deportivos y otras infraestructuras públicas en zonas donde antes existían bosques como el de Garcilazo, el cual fue “sacrificado” para la construcción de la Villa Bolivariana.

Uno de los espacios más importantes y que pudo haber llenado un gran vacío es el de los terrenos de la ex Refinería Carlos Montenegro, cedidos a la Universidad para la construcción de varias infraestructuras. Allí se habría levantado uno de los parques urbanos más pintorescos de los últimos años.

El ejecutivo de los arquitectos dijo también que se conoce extraoficialmente que los predios de la ex Estación Aniceto Arce serían utilizados para una de las estaciones del proyecto de teleférico en la ciudad de Sucre.

“Es necesario que las juntas vecinales y los distritos analicen cuáles son sus potencialidades y en base a esa potencialidad hay que ver el equipamiento e infraestructura. Pero el tema es político y se trata de complacer a todos con las ofertas de campaña”, advierte, Ledezma, quien al mismo tiempo reconoce que el tema de la ciudad no solamente es gestión municipal, y que necesita de la participación de todos los sectores de la ciudad.

Las experiencias de otras ciudades del país pueden contribuir a mejorar la situación en la Capital, como el caso del proyecto “Barrios de Verdad” que se lleva adelante en La Paz y con resultados satisfactorios.

Cochabamba cuenta con alrededor de 140 hectáreas de áreas verdes, cifra evidentemente en déficit, ya que la relación es de un metro cuadrado de área verde por habitante, cuando el mínimo ideal es de 10 m2 por habitante. Además, el origen de árboles y arbustos dentro de la mayoría de éstas (parques en especial), es de 80 por ciento de vegetación exótica, es decir, proveniente de países sudamericanos y de otros continentes, observando un alarmante porcentaje (20 por ciento) respecto a vegetación nativa, según un reciente informe sobre la situación en esa ciudad también considerada uno de los "jardines" del país.

De acuerdo a un informe del plan de ordenamiento territorial de Tarija, los parámetros estaban a principios de esta década por debajo de los 2,5 metros cuadros por habitante, lo que significa un déficit considerable.

La arquitecta cruceña Rim Safar Sakkal explica que la ciudad de Santa Cruz de la Sierra está desarrollando políticas dinámicas para recuperar sus espacios verdes, pese a ser una región favorecida por sus condiciones climáticas.

“Llevamos un proceso de recuperación de los espacios verdes desde hace como diez años, tenemos 190 hectáreas de áreas verdes. Eso nos garantiza un oxígeno relativamente aceptable para la vida y subsistencia de los habitantes y toda la naturaleza”, afirma.

“Queremos volver a ser la ciudad jardín, hay una política de plantar un árbol y plantar una vida. Lo importante es la recuperación del espacio público y crear conciencia”, subraya.

De esta preocupación también se hace eco el presidente del Colegio de Arquitectos de Bolivia, Rodolfo Antelo Parada, quien se refiere a la situación que vive la ciudad de Sucre, una ciudad que, según admite, conoce poco.

“En Sucre conozco muy poco, tiene un paisaje construido muy rico en patrimonio, pero sin embargo, la cota de crecimiento actual está deteriorando las pocas áreas verdes que le dan pulmón a la ciudad y contrarresta el equilibrio que debería tener una urbe”, afirma.

Antelo hace especial énfasis en la conflictividad generada a partir de la migración campo-ciudad y señala que es necesario adoptar políticas públicas tendientes a frenar ese fenómeno brindando mayores oportunidades a los habitantes del área rural próxima a las ciudades.

“La migración es un fenómeno que hace que se produzcan asentamientos urbanos periféricos y se caiga en la informalidad, la ilegalidad”, advierte Antelo al señalar que el Colegio de Arquitectos de Bolivia está trabajando en una norma que será puesta a consideración de las instancias gubernamentales y de la misma sociedad.

Los espacios verdes son esenciales para el bienestar físico y emocional


La Organización Mundial de la Salud considera que los espacios verdes urbanos son imprescindibles por los beneficios que aportan en el bienestar físico y emocional.

Los jardines y las áreas verdes “son fundamentales para el bienestar integral de las personas”, resume Enric Pol, catedrático de Psicología Ambiental de la UAB. Por eso, la OMS recomienda que los municipios dispongan, como mínimo, entre 10 y 15 metros cuadrados por habitante. Sin embargo, esa meta está aún lejos.

Los espacios verdes regulan la temperatura y la humedad. Producen oxígeno y filtran la radiación: además, absorben los contaminantes y amortiguan los ruidos. También son el lugar de paseo, el relax o el ocio. Pero más allá de su valor intrínseco (su buena organización, su calidad o el grado de protección), muchas veces es su dimensión simbólica la que los convierte en lugares apreciados

Según un estudio publicado en la revista Psychological Science, los parques, jardines y espacios verdes en zonas urbanas ayudan a mejorar el bienestar y la calidad de vida de las personas.

La investigación fue realizada por científicos de Inglaterra, quienes revisaron los datos de 5.000 familias durante 18 años. El resultado: mientras más zonas verdes haya en su ciudad, mejor.

Para llegar a esta conclusión, el doctor Matthew White y su equipo de la Universidad de Exeter pidieron a los participantes que informaran sobre su salud psicológica durante el tiempo de estudio. Esto sirvió para estimar el "efecto de espacio verde".

Los expertos descubrieron que los individuos declararon haber sentido menos angustia mental y mayor satisfacción de vida cuando estaban viviendo en áreas más verdes.

Desde la Psicología se afirma que muchas de las enfermedades actuales surgen de la disociación que produjo nuestra cultura con la naturaleza. Lejos de nuestras “raíces”, el ser humano ha creado necesidades tan alejadas de lo natural por las que corre estresado casi en forma permanente. Podríamos decir que en las ciudades se vive aislado del mundo natural, incluso enajenados de nuestra propia naturalidad.

El desarrollo urbano de las ciudades requiere de una planificación cuidadosa de todos los elementos que hacen principalmente al bienestar de sus habitantes.

De esta manera, es imprescindible tomar en cuenta criterios de distribución de diversas propuestas de esparcimiento, descanso, recreación, culturales y de contacto con la naturaleza.

Si bien el efecto para un individuo puede ser pequeño, los expertos consideran que el potencial efecto positivo

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