miércoles, 2 de mayo de 2018

Regiones de la Amazonia sufren explotación de recursos naturales

“Francisco los nativos de la Amazonia del Perú somos los supervivientes de muchas crueldades e injusticias, nuestros hermanos indígenas de varias regiones sufren por la explotaciones de nuestros recursos naturales. En la actualidad muchos foráneos invaden nuestros territorios, los cortadores de árboles, los buscadores de oro, las compañías petroleras (…) le pedimos que nos defienda, los foráneos nos ven débiles e insisten en quitarnos nuestros territorios en distintas formas, si logran quitarnos nuestras tierras podemos desaparecer. Queremos que nuestros hijos tengan acceso y estudien, pero no queremos que la escuela borre nuestras tradiciones, no queremos olvidarnos de nuestra sabiduría ancestral (…)”.

Con estas palabras indígenas del Perú recibieron al papa Francisco en Puerto Maldonado, durante su visita a este país el 19 de enero y donde el Sumo Pontífice indicó el inicio de las reuniones preparativas a la primera Asamblea Especial del Sínodo de los Obispos para la Región Panamazónica, que se realizará en octubre de 2019, y que tiene como tema central “Amazonia, nuevos caminos para la Iglesia y para una ecología integral”.

Para el papa Francisco es preciso prestar atención a esta región porque los pueblos indígenas al ser menores en número corren el riesgo desaparecer, además, son una fuente de sabiduría, y enseñan a vivir en armonía con la naturaleza y los valores ancestrales. A esto se suman los problemas y amenazas ambientales que sufre la región Amazónica y que afectan al mundo entero.

¿POR QUÉ EL INTERÉS EN ESTA REGIÓN?

La Panamazonía es un territorio que abarca 7,8 millones de km2 donde se alberga una gran biodiversidad biológica, cultural, social y espiritual, al menos 34 millones de habitantes están repartidos en nueve países de América Latina (Brasil, Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia, Guyana Iglesia, Guyana Francesa y Suriname). Pero, a lo largo del tiempo, y en diferentes escalas de afectación, se ha visto amenazada por la depredación y explotación de recursos.

Luego de una reflexión en la iglesia sobre estos conflictos sociales y ambientales en la Amazonía y por hacer una opción preferencial por la minoría y excluidos de estos territorios, en 2014, se creó la Red Eclesial Panamazónica (Repam), una red de la Iglesia Católica en los países que tienen Amazonía y que busca colocarse al servicio de los pueblos indígenas, defender sus sabidurías ancestrales, sus territorios y de su derecho a participar de manera efectiva en la toma de decisiones en relación a su vida y su futuro, varias veces amenazado.

LA REPAM INTERPRETADA POR LOS OBISPOS

En la Carta Pastoral “Discípulos Misioneros Custodios de la Casa Común, discernimiento a la luz de la Encíclica Laudato Si”, publicada el 25 de enero por el Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam), los Obispos de esta región realizan una reflexión sobre los desafíos ecológicos del continente americano, denunciando las destrucciones al ecosistema por modelos económico-extractivistas. Pero también, definen a la Repam como un organismo de articulación y comunión a nivel eclesial que busca un trabajo misionero y evangelizador en la región amazónica.

La Repam en su sentido evangelizador, desde esta Carta y según la interpretación del sacerdote jesuita Fabio Garbari, quiere servir a los pueblos panamazónicos. Nace para eso y busca luchar en defensa de sus sabidurías ancestrales, de sus territorios, de su derecho a la participación efectiva en la decisión que se hace con respecto a su vida y sobre su futuro.

“La Repam no es un proyecto, tampoco es un movimiento, dicen los obispos, es un modelo de acción evangelizadora en un territorio específico, es un modelo que la Iglesia está queriendo implementar para evangelizar, entendiendo la evangelización también como la defensa de las poblaciones que están en este territorio”, afirmó Garbari.

Entonces, responder al llamado que realizaron los pueblos indígenas en el Perú, y otros que se registran a lo largo de la historia, es un deber indiscutible de la misión evangelizadora de la iglesia de América Latina y el Caribe y, por tanto, de la Repam.

¿Cómo? Los obispos insisten en una Iglesia organizada para de acompañar a las comunidades indígenas no solo para celebrar la palabra, sino para apoyar a las comunidades para que participen en las decisiones sobre los proyectos extractivistas en sus tierras, a salvaguardar su cultura y mantener la comunión con el medio ambiente, la Casa Común. Pero, no solo llegar a las comunidades indígenas, también a los que no forman parte de ellas. (ANF)

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