martes, 17 de octubre de 2017

Animales silvestres y el costo de vivir con humanos


DENUNCIAS

30 es más o menos el número de denuncias por la tenencia de animales silvestres en lo que va del año

Para muchos humanos la compañía de un animal es indispensable, por ello, la mayoría acoge a los domésticos ya sea perro o gato. Sin embargo, otros buscan animales rústicos como los primates, pero ¿será realmente conveniente criar estos animales silvestres? ¿n o se les estará provocando algún daño’?

En abril de este año un muchacho encontró a dos monos capuchinos rondando por los tejados de Sucre, sin saber qué hacer los llevó a una veterinaria para ver si podían encontrar algún lugar donde refugiarlos.

Desde entonces, la Gobernación se comprometió contactarse con los parques y áreas protegidas para devolverlos a su hábitat natural, pero aparentemente no resultó.

En reiteradas ocasiones el director de Recursos Naturales y Medio Ambiente de la Gobernación, Basilio Vargas, indicó que los parques rechazaron la presencia de los primates por falta de espacio; la veterinaria Chaly fue la única que se ofreció para mantenerlos a salvo.

Juan Carlos Muñoz, propietario de la mencionada veterinaria, cuenta que la Gobernación no se preocupó por los monos a más de una vez que llamó para preguntar cómo estaban y, a tanta espera, tuvo que enviarlos a Añimbo, una región del Chaco donde varios animales de esta especie habitualmente conviven con familias. “Ya daba pena tenerlos encadenados”, recuerda.

¿Qué son los capuchinos?

Los monos Capuchino, Martín o silbador son nativos de selvas y bosques montañosos, prefieren mantenerse en árboles desde hasta 10 ó 30 metros de altura. Su distribución es bastante amplia ya que pueden encontrarse en Colombia, Venezuela, Guyana, Brasil, en la amazonia de Bolivia, Perú, Ecuador y el norte de Argentina, explica el director del Área Protegida Amboró (Santa Cruz), Jorge Landívar.

Otra de las características es que viven en manadas de entre seis hasta 30 miembros y entre ellos hay varios machos.

Su alimentación comprende

frutas, semillas, néctar, algunos insectos, pequeños reptiles, huevos de ave, invertebrados e incluso murciélagos.

La Caza, la principal amenaza

“La mayor amenaza que tienen (los animales) es precisamente la captura para el comercio como mascotas y la destrucción de su hábitat”, resalta Landívar.

La presidenta de la Comunidad Inti Wara Yassi del Parque Machía (Cochabamba), Nena Balcázar, indica que el tráfico de los animales sigue vigente y no hay sanciones para detenerla.

“Se decomisa a los animales, pero no hay una sanción a los traficantes. Entonces, es un círculo vicioso. Mientras no haya sanciones, no haya gente en la cárcel por tráfico de fauna, van a seguir comercializando y la gente también tiene que tomar conciencia de que no tiene que comprar animalitos para mascotas. Los tienen chiquitos, luego crecen y los entregan a los centros y todos los del país estamos colapsados”, resalta preocupada.

Y es cierto, el parque Machía no es una opción para los capuchinos de Sucre, unos 350 animales ya viven en el lugar y un par más significaría ponerlos en hacinamiento. Allí quieren preservar la “buena calidad de vida” que se esmeran en ofrecer, aclara Balcázar.

No es cuestión de espacio

Si bien los centros de custodia del país como el Machía (38 hectáreas) sólo tienen determinadas extensiones, hay parques nacionales como el Amboró (637.500 hectáreas) o el Madidi (1,8 millones de hectáreas) que tienen espacios suficientes para acoger a la vida silvestre.

Chuquisaca cuenta con el Parque Nacional y Área Natural de Manejo Integrado “Serranía del Iñao” con 263.090 hectáreas y el Área Protegida El Palmar con más de 59.000 hectáreas.

El Director del Área Protegida Amboró agrega que cuando un animal es extraído de su círculo social natural, se provoca un daño a veces incorregible ya que al tener contacto con la humanidad tiende a adaptarse a su estilo de vida, además adquiere otras habilidades, pierde otras naturales y tienen más probabilidad de contraer enfermedades.

“¿Se imagina todos los daños que estamos haciendo por querer tener un monito en la casa?”, se cuestiona. “No nos damos cuenta que lo estamos sacando de su manada, alejándolos de sus hijos quizás, de su padre, de sus hermanos, de su casa, su hábitat. Consumen alimentos humanos, cosas que no existen en la selva”, añade.

¿Qué hacer?

En caso de encontrar a un animal rústico lo más recomendable, y como medida previa, es llevarlo a centros de rescate para evaluar su salud, el tipo de alimentación a la que se adaptó y su estado físico general. Además es necesario mantenerlos en cuarentena para que en ese tiempo se analicen las capacidades de sobrevivencia a su hábitat sin causarse daño y no afectar a sus pares ni a otras especies, recomienda el ingeniero forestal.

En el caso de los monitos, necesitarán integrarse a una manada que no conocen, por lo que podría ser difícil para ellos, acota el Director.

Importante denunciar

El secretario de Medio Ambiente de la Gobernación, Yamil Flores, apunta que la tenencia de animales de vida salvaje es clandestina, por lo que insta a la población a denunciar a sus vecinos o personas malintencionadas, para tomar una acción.

En lo que va del año se recibieron alrededor de 30 denuncias en Chuquisaca.

Subraya que Sucre se diferencia por la tenencia de aves como loros, parabas, y en el resto del Departamento, “permanentemente” hay denuncias por los monos capuchino.

Relata que hace poco tuvo que asistir en persona al área rural para rescatar a un par de primates.

En este caso, se realiza un análisis de las condiciones de vida para los animales, trabajo que está a cargo del personal de la Gobernación.

La Secretaría de Medio Ambiente se rige en la Ley Nº 1333 de Medio Ambiente que da responsabilidades a nivel municipal, departamental y nacional, dice Flores.

La norma determina sanciones con multas y hasta procesos legales de dos a cuatros años de cárcel. Por ello recuerda que es prohibido la tenencia de animales silvestres.

“Para nosotros es importante que la población asuma su responsabilidad y que no tenga animales en cautiverio porque los únicos perjudicados van a ser estas personas que tienen a los animales y más aún si hacen tráfico”, añade.

Un hogar temporal en Chuquisaca

El llamado de activistas, veterinarios y de algunos ciudadanos es que en el Departamento no existen centros de cuidado especializado para la fauna en peligro o en cautiverio.

En marzo de 2016, se anunció la construcción de un refugio transitorio para animales silvestres víctimas de tráfico y de venta o tenencia ilegal fuera de su hábitat bajo convenio entre la Gobernación de Chuquisaca y la Universidad San Francisco Xavier. Desde esa fecha debía correr un mes de plazo para concretarse en la Facultad de Ciencias Agrarias de Yotala e incluso las autoridades departamentales de entonces indicaron que se tenía prevista la inversión de Bs 500 mil.

Luego de más de un año y medio el proyecto quedó en papeles a falta de presupuesto. El Director Departamental de Recursos Naturales y Medio Ambiente asegura que se buscan otras alianzas institucionales para avanzar con el diseño y la edificación del proyecto porque por ahora el Plan Anual Operativo (POA) no contempla recursos.

"Amboró, donde nacen las aguas"

El Área Protegida Amboró dependiente del Servicio Nacional de Área Protegida (SERNAP), se ubica en el departamento de Santa Cruz y es uno de los más importantes del país. En agosto cumplió 33 años.

Por sus características se convierte en el área protegida más biodiversa de Bolivia porque está en “El codo de los Andes”, dice el director del Área Protegida Amboró, Jorge Landívar, lo que significa mayor variabilidad de recursos naturales en flora, fauna, temperaturas, humedades, precipitaciones pluviales, vientos, tipo de suelo, culturas y otros.

Está a 3.500 m.s.n.m. en las alturas, donde nacen las aguas, hasta 3.000 m.s.n.m. en la parte baja donde hay pisos ecológicos con vegetación y fauna propia. Su territorio comprende nueve municipios.

El director detalla que el área protegida está dividida en dos categorías de manejo, de las 637.500 hectáreas, 195 mil corresponden al área natural de manejo integrado, superficie donde se pueden realizar actividades compatibles con el cuidado de la naturaleza y actividades productivas, por la presencia de comunidades y culturas.

Otras 442 mil hectáreas pertenecen a la categoría parque nacional, una zona exclusivamente dedicada a la conservación de especies. Allí sólo se permiten actividades de recreación, conocimiento e investigación científica. También el ecoturismo, conservando la naturaleza.

Su interior guarda ríos pequeños, grandes en altitudes variables e historias diferentes. Es conocido también por la frase “Amboró, donde nacen las aguas”, pues es capaz de proveer a la Capital oriental del líquido para su consumo humano.

Entre las preocupaciones es una de las áreas protegidas más cercanas a una ciudad capital ya que se sitúa a 32 kilómetros de Santa Cruz.

Los animales catalogados con un cierto grado de amenaza por su captura para alimento o para mascotas en las que se incluyen a algunas especies de murciélagos son los monos Capucchino, mono aullador, perro de agua, oso jucumari, gato montés, jaguar o tigre americano, ampa tapir, chacho de monte, jochi pintado perseguido por su carne, jochi colorado o jochi calucha, tatu carreta o armadillo gigante, cóndor de los andes, cóndor llamero, águila harpía, halcón peregrino, paraba roja, entre otros.

Sin refugios

Profesionales y ciudadanos ven importante la construcción de un centro de custodia transitoria para la fauna rústica en peligro. En 2016 hubo un convenio entre la universidad San Francisco Xavier y la Gobernación de Chuquisaca para lograr un edificio en Yotala, pero desde entonces la idea quedó en nada.

Un daño

Cuando un animal es alejado de su sociedad y ambiente natural debe atravesar por un proceso de adaptación humana en el cual también pierde sus habilidades naturales. Cuando se pretende devolverlo a su mundo puede ser riesgoso tanto para él como para las otras especies de un área protegida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario