martes, 26 de julio de 2016

Video Laguna de Albarrancho soporta ola de incendios desde mayo



Una ola de incendios acaba poco a poco con la laguna de Quenamari o Albarrancho, al sur de la ciudad en el Distrito 9. Los focos de calor que comenzaron en mayo, con el afán de habilitar tierras de cultivo en el sector, no cesan y el humo ha comenzado a generar problemas de contaminación.

Ayer, un nuevo incendio provocado en lado oeste arrasó con una hectárea de totorales. El personal de la Unidad de Gestión de Riesgos (UGR) de la Gobernación, los Bomberos y el SAR-FAB llegaron a la zona para controlar el fuego y acabar con la humareda que podía verse desde el centro de la ciudad. Los Bomberos utilizaron 2.000 litros de agua para “enfriar” el terreno.

El responsable de Primera Respuesta de la UGR de la Gobernación, Hernán Santiago Suárez, indicó que sospecha que el incendio fue “provocado por los mismos pobladores para tener un terreno cultivable”. Lamentó que la Alcaldía de Cochabamba no acuda a la emergencia.

Una vecina de la zona indicó: “La contaminación es fuerte (…) los vecinos tenemos que aguantar todas las noches el humo, ahora también es de día. Ustedes podrán verificar cuántas hectáreas se quemaron de matorrales en la laguna.”

Suárez explicó que las quemas son constantes. Por mes, se registran dos incendios en el sector. A la fecha, se han quemado 12 hectáreas de la laguna.

Un comunario, Lucio Sandoval Medrano, informó que la quema fue provocada el lunes por la madrugada, a las 03:00, por presuntos “cleferos”, que prendieron una fogata para protegerse del frío. Negó que el incendio haya sido causado por los comunarios. Dijo que, en su caso, tiene documentos que demuestran que tienen tierras dentro la laguna.

Dijo que los predios pertenecieron a sus abuelos. Aseguró que nunca fue una laguna, por lo que ahora está seca.

Sin embargo, el Proyecto Manlake de Manejo de Lagunas Urbanas del Valle de Cochabamba de la UMSS la calificó como un ecosistema natural.

Resaltó su importancia como hábitat de aves y su aporte al medio ambiente por ayudar a mejorar la humedad del sur de la ciudad de Cochabamba.



TIERRA Y CULTIVO

Antes, el dirigente de Albarrancho, Pascual Orellana, informó que los predios donde crecieron totoras eran terrenos donde se sembraba maíz, haba, alta y otros productos.

Cuestionó el accionar de las autoridades municipales, quienes se ausentaron cuando los pobladores “arriesgaron sus vidas” para defender esas tierras de la familia Olmedo. “Parece que los animales, aves y otras especies, valen más que nosotros. Qué hay de las víboras que habitan en esas totoras. Yo en mi casa, dentro de la habitación, estoy agarrando y matando”, dijo el dirigente.

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