martes, 15 de diciembre de 2015

Los caminos hacia la reducción a cero de las emisiones de C02

París es escenario de una nueva Cumbre sobre el cambio climático, la COP 21, donde la eficiencia energética y las energías renovables estuvieron en boca de todos aún sin aparecer explícitamente en textos.
El uso de tecnologías verdes se planteó como la solución, pero llegar en pocas décadas al 100% de las renovables, que ahora representan casi el 20%, y dejar por completo el uso de los combustibles fósiles es una meta casi imposible de alcanzar.
El objetivo fundamental es limitar el aumento de la temperatura global en menos de 2° C. Sin embargo, el consumo de combustibles fósiles no podrá detenerse de la noche a la mañana, no sólo por los intereses económicos que implica, sino por la dependencia de éste en todo el planeta.
"Aún necesitamos el petróleo durante un tiempo”, confesó en medio de las jornadas de trabajo el analista senior de la división de Energías Renovables de la Agencia Internacional de Energía (IEA, por sus siglas en inglés), Sinc Cédric Philibert.
Asimismo, jefe de la división de Eficiencia Energética y Medio Ambiente de la IEA, Phillipe Benoit, resaltó que "el petróleo, el carbón, el aceite y el gas son parte de nuestro presente y lo serán aún en parte de nuestro futuro”.
El acuerdo universal sobre el cambio climático tiene como objetivo principal limitar el aumento de la temperatura global en menos de 2° C, aunque algunos gobiernos -como el francés- tampoco rechazarían la cifra de 1,5° C. De hecho, ésa es también la cifra por la que apuestan los llamados países vulnerables dentro de la COP21.
Pero para muchos investigadores especializados en energía sostenible, marcar esa meta sería un grave error. En su opinión, establecer el límite en 1,5° C sería como poner a los países frente a un muro demasiado alto, ya que para lograr ese objetivo, casi habría que dejar de respirar.
Según uno de los investigadores del Instituto de Desarrollo Sostenible y Relaciones Internacionales (IDDRI), Michel Colombier, "dos grados es adecuado porque se convirtió en un emblema político que obliga a los países a replantearse sus emisiones. Es ya un enorme progreso.”



Energías renovables
Pero si el objetivo es reducir las emisiones de dióxido de carbono (CO2), las energías renovables, de las que todos hablaron en la COP21, pueden ser parte de la solución.
El consumo de combustibles fósiles representa más del 78% del consumo mundial de energía. Al respecto, el director del Global Carbon Capture and Storage Institute, con sede en Australia, John Scowcroft, también presente en la COP21, aseveraba que "no se puede seguir usándolos si queremos reducir las emisiones de CO2”, indicó
Según el informe 2015 de la Red de Política de Energías Renovables para el siglo XXI (REN21, por sus siglas en inglés), las energías renovables proporcionaron un 19,1% del consumo mundial total de energía en 2013, y se expandieron en 2014. Atrás quedó la energía nuclear con el 2,6%.
El crecimiento más rápido fue en el sector eléctrico, encabezados por las energías hidráulicas, eólicas y solar fotovoltáica. Además, las renovables contribuyeron a casi la mitad de la capacidad de generación eléctrica en el mundo el año pasado. Y ya se han convertido en la segunda fuente de electricidad después del carbón, según el World Energy Outlook 2015 (Perspectiva Mundial de Energía) de la IEA.
La IEA pide sobre todo centrarse en la eficiencia energética; una reducción de las centrales eléctricas de carbón; un aumento de la inversión en tecnologías de energía renovable a partir de 270.000 millones de dólares a 400.000 millones en 2030; una eliminación gradual de los subsidios a los combustibles fósiles para 2030; y la reducción de las emisiones de metano.

Reducción de inversiones

Para no superar el límite de calentamiento global de dos grados centígrados indicado por los científicos para evitar consecuencias climáticas catastróficas, la industria de hidrocarburos tendrá que suspender inversiones valoradas en unos dos billones de euros hasta 2035.
De todos los estudios presentados en la Cumbre de París, ninguno incide tanto en la magnitud del cambio que debe producirse en el sistema energético mundial como el estudio Cómo el riesgo de las empresas de combustibles fósiles destruyen los retornos de los inversores, elaborado por Carbon Tracker.
Basándose en la cantidad de emisiones de CO2 que todavía pueden expulsarse a la atmósfera y en las previsiones de IAE hasta 2035, esa entidad analiza a detalle la cantidad de hidrocarburos que deben quedarse bajo tierra, sin explotar, porque son "innecesarios”. Y los resultados son demoledores.
El grupo de las empresas con más inversiones "innecesarias” en hidrocarburos son Pemex (77 mil millones), Shell (76.900 millones) y ExxonMobil (72.900 millones), seguidas a distancia por Rosneft (53.300 millones), BP (45.500 millones) y Chevron (44.800); en este grupo no se encuentra Repsol, compañía líder en España.


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