lunes, 7 de diciembre de 2015

Bolivia generó 45.000 t de basura electrónica en un año



Solo en 2014, Bolivia generó 45.000 t de basura electrónica (e-waste), que en su mayoría contiene sustancias peligrosas para la salud y el medio ambiente, según un informe de la GSMA, que advierte que este problema crece en América Latina y el mundo.

El creciente uso de electrodomésticos y tecnologías de la información y la comunicación está generando también una mayor cantidad de desechos eléctricos y electrónicos en el mundo, donde el año pasado se acumularon al menos 40 millones de toneladas (t) de este tipo de productos, de los que unos 3,9 millones (casi 10%) provienen de América Latina.

Bolivia ocupa el onceavo puesto entre los países de la región que más basura electrónica generan con 45.000 t registradas en 2014 (1,15%), el primero es Brasil con 1,4 millones de t (35,9%), según el informe eWaste en América Latina elaborado por el Instituto para Estudios Avanzados de Sustentabilidad de la Universidad de Naciones Unidas (UNU-IAS) y la GSMA, que agrupa a casi 800 empresas de 219 países, entre ellas fabricantes de celulares, proveedores de productos y servicios tecnológicos y firmas de software,

En febrero, la Fundación para el Reciclaje (Fundare) calculó que el país generó en 2014 unas 20.000 t de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE), aunque la cifras no contemplaba los equipos internados vía contrabando. “El 40% de este mercado es legal y el 60% está en el comercio informal”, dijo Moira Gálvez, directora ejecutiva del organismo de la Cámara de Industria, Comercio, Servicios y Turismo de Santa Cruz.

Los RAEE son todos aquellos desperdicios de dispositivos que para funcionar requieren pilas, baterías o ser enchufados a la corriente eléctrica. Si éstos no son correctamente desechados, representan un riesgo para el medio ambiente y para la salud de las personas. Por ejemplo, por sus componentes de vidrio y metales, una pantalla de computadora puede contaminar 80.000 litros de agua, equivalente a la cantidad de agua que una persona consume en un año y tres meses, de acuerdo con la fundación privada.

La investigación de la GSMA da cuenta también que del total global de productos eléctricos y electrónicos descartados el 0,47% provienen de celulares, una proporción que es similar en Latinoamérica (0,44%) y que equivale a unos 0,3 teléfonos móviles desechados por persona el año anterior. En Sudamérica, los ecuatorianos son quienes más residuos de celulares generan (50 gramos por habitante) y los peruanos los que menos (19 gramos), mientras que los bolivianos están casi en la mitad de la tabla (31 gramos).

El promedio de e-waste generado en Latinoamérica durante 2014 fue de 6,6 kilos por persona. Chile es el país que más productos de este tipo descarta por persona (9,9 kilos) al año, le siguen Uruguay (9, kilos) y México (8,2 kilos). En el caso de Bolivia, la producción media per cápita de estos desechos aumentó de 2,9 kilos en 2009 a 4 el año pasado y se prevé que subirá a 5,1 en 2018, año en el que la cantidad de RAEE en el mundo llegará a las 49,8 millones de t y a 4,8 millones en la región.

Estos residuos son un problema medioambiental ya que poseen componentes altamente tóxicos como compuestos halogenados, metales pesados, tintas y sustancias radiactivas que Bolivia no tiene la capacidad de procesar o desechar, dijo Jonnathan Butrón, gerente general de REEcicla, una de las empresas que recupera acero, aluminio, cobre y bronce, entre otros metales que se encuentran en los diferentes aparatos que se usan en los hogares y oficinas.

Estos desechos reciclados son vendidos después a las industrias bolivianas, mientras que los plásticos y las pantallas de computadora son exportados a otros países, donde existe la tecnología para su procesamiento.

Aún no existe ‘cultura de reciclaje’

Fundare recolectó desde marzo 20 toneladas de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos en Santa Cruz, informó la directora ejecutiva de la fundación de la Cámara de Industria, Comercio, Servicios y Turismo de Santa Cruz, Moira Gálvez, quien afirmó que en Bolivia aún no existe una “cultura de reciclaje” .

Evitar la acumulación de residuos con sustancias peligrosas para la salud y el medio ambiente “parte de la educación. Tenemos que crear cultura primero para que el ciudadano común, las empresas y todos los demás generadores de residuos puedan entender que cuando el equipo ha cumplido su ciclo de vida útil debe ser entregado a un operador autorizado”, dijo la ejecutiva de Fundare, que desde que lanzó su campaña de reciclaje en marzo acopió 20 toneladas de desechos informáticos y de telecomunicaciones.

El estudio eWaste en América Latina del Instituto para Estudios Avanzados de Sustentabilidad de la Universidad de Naciones Unidas y la GSM, publicado a fines de noviembre, hace un llamado a los responsables de políticas públicas a introducir legislaciones y medidas que apoyen los esfuerzos de todas las partes interesadas en la cadena de reciclaje de los desechos electrónicos, incluidos los consumidores y la sociedad civil.


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