domingo, 14 de diciembre de 2014

Cambio climático eleva el riesgo de epidemia de 14 enfermedades



El calentamiento global también trae consecuencias a la salud de la población mundial, y en Bolivia aumenta el riesgo de epidemia de 14 enfermedades, entre ellas el cólera, VIH/sida y leishmaniasis. Los virus del ébola, chikungunya y del Nilo podrían emerger.

Un epidemiólogo, un ambientalista y un entomólogo coinciden en que existe alta probabilidad de que al menos 14 enfermedades (ver infografía), que actualmente están controladas, reemerjan como epidemia; además de que otros tres virus letales ingresen al país, a causa del calentamiento global.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte que entre 2030 y 2050, el calentamiento global causará cada año unas 250.000 muertes adicionales en el mundo atribuidas a enfermedades emergentes y reemergentes.

Sin embargo, entre los temas que analiza la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP20), que se desarrolló en Lima (Perú), no se incluyeron los efectos en la salud.

“El impacto por el calentamiento global en la salud es alarmante por el incremento de enfermedades que reemergen a causa de las inundaciones y sequías, fenómenos que permiten la proliferación de agentes transmisores, escasez de alimentos y contaminación de aguas”, sostuvo el entomólogo Mirko Rojas, uno de los autores de la investigación “Cambio climático y el desafío de la salud en Bolivia”, apoyado por Procosi.

Al respecto, el director de Epidemiología del Servicio Departamental de Salud (Sedes) La Paz, René Barrientos, especificó que las inundaciones provocarían la disminución de alimentos y ello causaría desnutrición en las familias de escasos recursos.

“Las inundaciones anegan los sembradíos y acaban con la producción, lo mismo sucede con la sequía, por lo que el impacto en las familias pobres es la desnutrición. El exceso de lluvias también llega a contaminar los reservorios de agua y por esta causa pueden brotar el cólera o diarreas”, indicó.

El epidemiólogo precisó que en el caso de las enfermedades que son transmitidas por vectores, insectos o roedores, existe mayor probabilidad de consecuencias en los lugares cálidos, aunque su presencia podría expandirse a otras áreas por el calentamiento global. Citó como ejemplo al dengue, malaria, leishmaniasis, peste bubónica, chagas, hanta y leptospirosis.

En cambio, la influenza y resfríos, que se reportan más en época de invierno, podrían variar su ciclo de reproducción para todo el año debido a que los cambios bruscos de temperatura facilitan la multiplicación de los virus.

Respecto al virus de inmunodeficiencia humana (VIH) y tuberculosis, la escasez de alimento, como consecuencia de cambio climático, podría agravar la situación de los enfermos, especialmente de niños y personas de escasos recursos por sus bajas defensas, expresó el docente de Medio Ambiente de la Universidad Pública de El Alto, Jorge Alarcón.

En cuanto a los tres virus que se reportan en otros países: ébola, chikungunya y del Nilo, Rojas refirió que la probabilidad de que ingresen a Bolivia no está descartada debido al calentamiento que se reporta y el incremento de la población de los mosquitos, como el Aedes aegypti y zancudo, en zonas caracterizadas por la altura.

“Si una persona ingresa al país con uno de estos virus y es picada por un insecto, éste puede propagarlo a otros animales y personas. En el caso del ébola, éste se transmite de persona a persona”, dijo.

La salud está amenazada por riadas y sequías

Desastres naturales tienen un impacto directo con las enfermedades de la genteDe acuerdo con el estudio “Cambio climático y el desafío de la salud en Bolivia”, los desastres naturales —inundaciones, sequía, derrumbes, incendios forestales y otros— afectan de manera directa a la propagación de enfermedades y elevan el riesgo de mortandad en la población.

“Dentro de los impactos directos relacionados con el clima, lo que ha llamado más la atención es la mayor intensidad y frecuencia de eventos extremos, que a Bolivia le ha significado vidas humanas, consecuencias sanitarias y económicas”, resaltó Mirko Rojas, uno de los expertos que trabajó en la investigación apoyada por el Programa de Coordinación en Salud Integral (Procosi).

Explicó que por efecto de las sequías e inundaciones existe el peligro sobre todo de un brote de enfermedades diarreicas, además de la pérdida de alimentos, que puede desencadenar en una hambruna, lo que agravaría la salud de poblaciones vulnerables: embarazadas, niños, adultos mayores y enfermos crónicos.

“Las inundaciones contaminan las fuentes de agua dulce, incrementan el riesgo de enfermedades transmitidas por el agua y dan lugar a criaderos de insectos portadores de enfermedades. También causan ahogamientos, derrumbes de tierra que dejan trastornos psicológicos en los afectados, aunque este parámetro no es tomado en cuenta en la realización de la investigación”, señaló.

Agregó que las temperaturas extremas del aire contribuyen directamente a los decesos o agravamiento de casos por enfermedades cardiovasculares y respiratorias.

Datos de la OMS sobre los efectos

El cambio climático influye en los determinantes sociales y medioambientales de la salud, aire limpio, agua potable, alimentos suficientes y una vivienda segura.

Zonas con mala infraestructura sanitaria —la mayoría en países en desarrollo— son las menos capacitadas para afrontar estos cambios y dar una respuesta rápida.


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