lunes, 17 de septiembre de 2012

Amazonia caliente, el 2050 habrá menos lluvia



La deforestación a gran escala en la Amazonia brasileña provocará una disminución de las lluvias de un 12% en la estación húmeda y de un 21% en la época seca para el año 2050, según un estudio británico que publica la revista Nature.

“Los bosques incrementan la cantidad de lluvia que origina el viento, y con nuestro trabajo averiguamos que la deforestación del Amazonas puede causar una gran reducción del volumen de lluvia en el sur de Brasil”, detalló Dominick Spracklen, químico y autor principal del artículo.

Spracklen y su equipo de científicos de la Universidad de Leeds (norte de Inglaterra) estudiaron cómo la densidad de las selvas afecta al volumen de precipitaciones entre los trópicos, a partir de datos obtenidos por satélite.

La vegetación desprende humedad desde la tierra hacia la atmósfera en un proceso conocido como evapotranspiración, que influye en la cantidad de lluvia.
El grupo de Spracklen descubrió ahora que el viento que atraviesa áreas frondosas de la selva produce, días después, el doble de precipitaciones que el aire que circula entre una vegetación menos espesa.

LA TALA ES IGUAL A LA REDUCCIÓN DE LA HUMEDAD
La selva amazónica y los bosques tropicales del Congo son los lugares en los que la vegetación tiene un mayor efecto sobre el régimen de lluvias, explicó Spracklen. Cuando los bosques son sustituidos por pastos o cultivos, la humedad del suelo disminuye, lo que reduce a su vez la humedad atmosférica y las precipitaciones.
Al combinar este hallazgo con el ritmo de deforestación actual del Amazonas, Spracklen calculó que las lluvias se reducirán en la cuenca amazónica un 12 % durante la estación húmeda y un 21 % en la seca para 2050.
La deforestación de algunas partes de la selva del Amazonas reducirá las lluvias tanto allí como en otras regiones aledañas, como la cuenca del Río de la Plata, en donde este investigador pronostica que las lluvias disminuirán un 4 %.
Los expertos temen que estos cambios perjudiquen al sector agrícola, que genera 15.000 millones de dólares (12.000 millones de euros) anuales en la Amazonia, así como a la industria hidroeléctrica, que proporciona el 65 % de la electricidad de Brasil. Cada año se deforestan 50.000 kilómetros cuadrados de selvas entre los trópicos, aproximadamente la misma superficie que Inglaterra.

EL DESASTRE LLEGÓ AL LADO PERUANO
La Amazonia peruana pierde 150 mil hectáreas de bosques cada año, debido a la deforestación desmedida, advirtió la especialista en temas amazónicos del Instituto del Bien Común (IBC), Sandra Ríos.

Un monitoreo satelital, determinó que entre los años 2000 y 2010 se perdieron 15 mil kilómetros cuadrados, según los datos analizados que comprenden 700 mil kilómetros cuadrados de la Amazonia boscosa y representa un 89% de la selva peruana.
Ríos detalló que esta cifra es relativamente pequeña en comparación con el grado de deforestación de los bosques amazónicos en Brasil, que es el país con mayor índice de deforestación. Sin embargo, la situación peruana también es alarmante, hasta ahora, se calcula que la tala de árboles ha generado la destrucción del 6% del territorio amazónico.
Estos datos fueron dados a conocer durante la presentación que realizó el IBC de un sistema de monitoreo por imágenes satelitales que mide el grado de deforestación en toda la cuenca amazónica, denominado “IMGTools”.
Este sistema fue desarrollado por el Instituto do Homem e Meio Ambiente da Amazônia- IMAZON de Brasil, miembro de la Red Amazónica de Información Socioambiental Georreferenciada (RAISG).

Un estudio de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) sobre cambio climático en la región, presenta estimados de incremento en la temperatura entre uno y seis grados, prevé que pueden haber efectos negativos graves, como el desabastecimiento de agua en la región.
La Amazonia que comparte su territorio en Brasil, Perú y Bolivia, está considerada la mayor fuente de biodiversidad biológica del planeta y una de las mayores reservas mundiales de agua dulce.

En los últimos años se ha visto sometida a cambios, debido al desarrollo de las inversiones en energía, actividades extractivas y construcción de infraestructura en los bosques amazónicos.

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