domingo, 1 de mayo de 2011

Ecoaldeas - En busca de vidas distintas

En nuestro viaje por el mundo, uno de los grandes objetivos ha sido encontrar a alguno de los precursores del movimiento de las ecoaldeas. El término de ecoaldea es una palabra que todavía no suena mucho en Bolivia; pero apenas cruzamos nuestras fronteras, nos dimos cuenta de que es algo que está surgiendo por todos lados y cada vez con más fuerza. Lo que es producto de gente como Ross Jackson y su esposa Hildur.

En busca de ellos nos metimos en un bosque danés y nos perdimos. Después de deambular unas buenas horas, el propio Ross Jackson, con sus 70 años de edad, tuvo la gentileza de buscarnos.

Después de invitarnos una taza de té caliente, Ross y Hildur nos contaron cómo fundaron Gaia Trust o Confiando en Gaia. La asociación caritativa fue iniciada en 1987 con la intención de apoyar una transición a una sociedad más sostenible y espiritual.

Hace 20 años, dicen, no era fácil buscar formas alternativas, pues no existían las redes, la influencia de los medios ni la magnitud de proyectos como hoy.

“Mi esposa y yo, desde hace mucho tiempo estamos preocupados por los temas medioambientales y de desarrollo sostenible, convencidos de que se vienen grandes sucesos que nos forzarán a cambiar nuestro estilo de vida”, explica Ross. “Nuestra civilización está viviendo de una forma que ya no puede ser sostenida por mucho tiempo más; somos mucha gente y estamos usando demasiados recursos y tenemos que repensar nuestro estilo de vida si queremos sobrevivir como una civilización global”.

Las ecoaldeas se abrieron como una opción y nació Gaia Trust como una red de comunicación entre proyectos similares alrededor del mundo. “De esta manera, unos pueden aprender de otros y sentirse parte de un movimiento global”,

Las ecoaldeas “son opciones positivas en las que la gente está buscando nuevas maneras de convivencia en la familia, entre amigos y personas cercanas, de modo que sea personalmente satisfactorio y a la vez sea coherente con la naturaleza y los seres que nos rodean”. Esto no significa retroceder a una forma de vida primitiva “porque actualmente se usa tecnología de punta en muchas de las ecoaldeas, pero la esencia y el sentido de vida es distinto, pues hay compromiso con uno mismo y con el resto al demostrarle al mundo cómo hacerlo” de manera racional.

Hoy existen cientos de ecoaldeas en el planeta, cada una buscando y experimentando en opciones de vida según la necesidad de cada país. Experimentan energías alternativas, producción de comida orgánica, construcciones ecológicas, vida y trabajo comunitario, etc. Hay ecoaldeas en países como Tailandia, Turquía, Islandia, cuyos contextos históricos parecerían no ser los más óptimos para el surgimiento de proyectos semejantes, o en realidades más cercanas a la nuestra, como Colombia, Brasil, Perú o Argentina, sin olvidar las del llamado Primer Mundo.

Ross y Hildur señalan que la ‘huella ecológica’ que dejamos se hace evidente en el cambio climático y las emisiones de CO2. Y que estamos llegando al pico máximo de producción de petróleo, recurso del que depende todo el modelo de vida actual.

Cuando ambas crisis estallen, nos veremos forzados a cambiar y las ecoaldeas estarán ahí, con las respuestas posibles.

“Ahora somos parte del llamado movimiento de transición, responsables de pasar de un estado hacia el otro; pero cada vez nos damos cuenta de que es más urgente y radical el cambio” antes de que nos obliguen las crisis, concluye Hildur Jackson.

Brújula

Si desea conocer más acerca de la red de ecoaldeas y los proyectos de educación para la sostenibilidad en el mundo, visite el sitio de Gaia Trust en www.gaia.org o escriba a Ross Jackson al correo electrónico rossjackson@ gaia.org. Gaia Trust tiene su centro en Dinamarca (Europa).

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